El grupo de trabajo de Medicina da su visto bueno a la descentralización

Una vez superadas, si no hay sorpresas, estas últimas formalidades, las propuestas acordadas para resolver al menos de manera temporal el conflicto empezarían a ponerse en marcha ya el curso que viene, 2025/2026, de manera progresiva, y el convenio terminaría de implantarse de forma completa en el año académico 2028/2029.

La descentralización afectaría a los tres últimos cursos del grado en Medicina –4º, 5º y 6º–, de forma que Santiago asumiría el 50% de la docencia teórica y práctica –con alrededor de 200 alumnos– y Vigo y La Coruña la mitad restante de las clases con unos 100 alumnos en cada una de las respectivas unidades docentes que se crearían a tal efecto en ambas ciudades. Unidades con epicentro en el CHUAC y el Álvaro Cunqueiro que estarían dotadas de profesorado de las tres universidades. Se empezará el año que viene por las clases prácticas de 5º y el proceso culminará con la totalidad de la docencia de 4º, puesto que la de 6º ya está descentralizada en hospitales de las principales ciudades.

En el fondo, este convenio no supone una solución definitiva sino una tregua que aceptan las universidades de Vigo y de La Coruña para retrasar sus reivindicaciones de contar con una facultad de Medicina propia. El más claro en este sentido ha sido el rector de la institución académica coruñesa, Ricardo Cao, que ayer insistía en que seguirán trabajando en esa pretensión «internamente», y avanzó que el acuerdo acoge algunos supuestos en los que estarían autorizados a ponerla encima de la mesa. Por su parte, el rector de la UVigo, Manuel Reigosa, elogió la «generosidad» de todas las partes implicdas, y el de la USC, Antonio López, la «capacidad de diálogo».

Mientras el consenso avanza en el seno de las universidades, en la política municipal y autonómica las aguas siguen revueltas. Este fin de semana, la alcaldesa de La Coruña, Inés Rey, calificaba en la SER la negativa de implantar el grado fuera de Santiago como una postura «arcaica» que trata de mantener «privilegios medievales». Preguntado este lunes por estas palabras, en la rueda de prensa posterior al Consello de la Xunta, el presidente Alfonso Rueda ha defendido que el acuerdo da «una lección a posturas localistas que no ven más allá» y que ven cualquier ocasión como «buena para tener un mínimo de rédito electoral». «El caso de la alcaldesa de La Coruña es evidente», ha zanjado.