El viaje del rey

Al margen de que Don Juan Carlos I caiga mejor o peor, o que a uno le parezcan más o menos perdonables los errores que cometió mientras fue monarca, es indudable que sus visitas a Sanxenxo tienen una vertiente de promoción turística extraordinaria. Hemos visto informativos nacionales e internacionales hablando de las Rías Baixas como lugar de descanso de reyes, difícil calcular lo que costaría una campaña turística de tal impacto y quien tenga alguna duda al respecto que pregunte a los hosteleros y comerciantes de la localidad pontevedresa si es lo mismo regata con emérito y sin emérito.

Ni que decir tiene que quienes se ofenden por la presencia de Don Juan Carlos son los 'mareas' y 'benegás' de siempre y lo que les hace protestar no son las conductas poco ejemplares que haya podido tener el padre del actual Rey, sino sus propios postulados ideológicos. En definitiva, que no están contra Juan Carlos I en sí, sino contra la Corona unos y contra España como país los otros. Por eso no tendrían problema en que visitase Galicia algún político catalán condenado por malversación, pero sí un ex jefe de Estado que ha salido absuelto de todo lo que le han querido atribuir.

De todos modos, no se asusten, lo que se pueda ver en las redes sociales e incluso en muchos medios estos días no es la realidad. Que un colectivo haga mucho ruido no significa necesariamente que sus postulados sean mayoritarios en la sociedad. Se acercan una elecciones municipales en las que colean asuntos muy espinosos como la Ley del Sí es Sí y no se extrañen si hay quien quiere sacar el espantallo de «que vienen los fachas» a ver si alguien pica. Lo hemos visto ya muchas veces.