Accidente de Angrois: respuestas a la tragedia de Santiago diez años después
La recta final del juicio del accidente del Alvia, el 24 de julio de 2013, llega en el aniversario de la tragedia que se cobró la vida de 80 pasajeros y dejó a otros 145 heridos. Las víctimas esperan una sentencia que pueda aliviar su dolor
Abogacía del Estado: «Nadie en 2011 consideraban que frenar en una curva fuera un riesgo gravísimo»
SANTIAGO
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Iniciar sesiónEl juicio del accidente de Angrois —aunque llegando ya a su fin— está siendo largo: han pasado más de nueve meses desde que dio comienzo, y por la sala improvisada en la Cidade da Cultura han pasado centenares de testigos y peritos; también, en las ... semanas más duras, ha habido jornadas maratonianas de más de nueve horas. No obstante, más larga ha sido la espera de las víctimas de este accidente: este lunes 24 de julio se cumplen 10 años desde ese imborrable día. Era la víspera del día de Santiago Apóstol, se esperaba un día festivo y alegre, pero el descarrilamiento del Alvia, que llegaba desde Orense, dejaba 80 fallecidos y 145 heridos.
Aunque todavía no haya una sentencia que alivie el dolor de las víctimas, el proceso judicial está llegando a su fin. Es cuestión de días. De hecho, solo tres días después del aniversario del accidente de la curva de A Gandeira, los acusados —el exdirector de seguridad de Adif, Andrés Cortabitarte; y el maquinista, José Garzón Amo— podrán hacer uso de su derecho a la última palabra. Sobre cada uno de ellos recae una petición de pena de cuatro años de cárcel, y se les imputa por los 80 homicidios y 145 delitos de lesiones por imprudencia profesional grave. El curso judicial termina en agosto, y con la vuelta de septiembre el caso Alvia solo quedará pendiente de sentencia.
Aquel convoy se salió de la vía a 178km/h en una curva limitada a 80km/h. El maquinista, según reconoció en el juicio, perdió la «conciencia situacional» mientras hablaba por teléfono con el interventor, a bordo, para tratar de resolver una cuestión sobre la bajada de unos pasajeros. La llamada duró 100 segundos, y solo el accidente hizo que terminara. De hecho, es una de las cuestiones clave en todo este proceso judicial. ¿Estaba permitida la llamada aunque fuera mediante el teléfono corporativo? Y, de ser así, ¿podría extenderse durante tanto tiempo? En la última jornada, el jueves, el abogado de Renfe reconoció que el interventor no le tenía que haber expuesto esa consulta al maquinista porque no era la persona adecuada para dar una respuesta. Estos son los hechos por los que Garzón Amo se sienta en el banquillo.
Andrés Cortabitarte, en cambio, esta acusado por no haber, supuestamente, pedido los informes de seguridad pertinentes sobre la vía antes de su puesta en funcionamiento en 2011. La adecuada señalización de la curva también está en duda, así como el sistema de seguridad activado en el momento del accidente. El tren viajaba con Asfa, pero si llega a llevar el ERTMS activado, el tren se habría detenido antes de descarrilar por sobrepasar la velocidad máxima. Cortabitarte había decidido desconectar este sistema durante los meses previos pero, según el fiscal, «no tiene relevancia penal» porque, «independientemente de que se pudiera discutir si era lo mejor», el sistema daba fallos que justificarían circular solo con Asfa.
Un giro inesperado
Unas pocas semanas antes de cumplirse el décimo aniversario se produjo un giro de guion inesperado durante el juicio. El fiscal del caso, Mario Piñeiro, retiraba la acusación a Andrés Cortabitarte. Señalaba al maquinista como único responsable, y aunque inicialmente 'enfrentadas', Fiscalía y Abogacía del Estado hacían coincidir sus planteamientos. «El acusado, en su condición de director, no infringió el deber que ostentaba por su estatus» y «actuó de acuerdo con los procedimientos incluidos en el sistema de seguridad de Adif, que procede de la normativa europea», declaraba Piñeiro a finales de junio. El resto de acusaciones y plataformas de víctimas mostraron, de forma unánime, su desaprobación: «Solo entendemos esa decisión difícil dentro del ámbito de jerarquización que ampara a la carrera fiscal», dijo el letrado de Apafas, Javier González. Las acusaciones incluso llegaron a hablar de «una llamada corporativa de su jefe», en referencia a la Fiscalía General del Estado.
Los dos acusados en todo este largo proceso judicial se han defendido tratando de trasladar al otro las responsabilidades. La defensa de Garzón, así como los peritos y testigos convocados por esta parte, sobre todo maquinistas, defendían que si la curva tuviera mejor señalización y los informes de riesgos estuviesen bien realizados, el accidente jamás habría ocurrido, aún habiendo un despiste tan prolongado. El tramo final de la vía que une Orense con Santiago sería, según muchos testigos, muy repetitiva y monótona, lo que habría llevado al maquinista a perder la «conciencia situacional». En cambio, los abogados de Cortabitarte, así como la Abogacía del Estado (Adif), defienden que la normativa se cumplía y que sería únicamente Garzón el culpable. «En 2011 no se consideraba que frenar en una curva fuera un riesgo gravísimo», dijo el letrado del Estado en la última sesión. Un despiste de 100 segundos, aseguran, jamás tendría que haberse producido.
El termino de las conclusiones correrá a cargo de las aseguradoras, el próximo miércoles, tanto de Renfe (QBE) como de Adif (Allianz). Al día siguiente, será el turno de los acusados: Cortabitarte y Garzón podrán decir las últimas palabras que pondrán fin a las sesiones de este juicio. Después solo quedará esperar a la sentencia de la jueza Elena Fernández Currás.
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