Currás toma el bastón de Santiago y cierra la crisis política municipal

En su despedida, Conde Roa afirmó que se va «sin rencor, con una vida nueva por delante y con ilusiones», consciente de que las cosas, cuando se ostenta un cargo público, siempre se pueden mejorar. Por ello, quiso pedir perdón «si he faltado al respeto o a la dignidad» del Ayuntamiento. «Créanme que lo hice sin la menor intención. Los que me conocen saben que cada uno es como es y, a los 52 años, es difícil introducir cambios», puntualizó.

Conde Roa, que abandonó el puesto —y también su acta de edil que permitirá la entrada de Rebeca Domínguez, procedente de las Nuevas Generaciones y número 14 de la lista del PP en las últimas municipales—, lo hizo entre los abrazos de los que lo arroparon durante estos escasos diez meses de mandato al frente de la ciudad compostelana, a los que agradeció su «fidelidad, trabajo y esfuerzo estos meses».

«Me he encontrado muy cómodo con todos los ediles», apuntó, de los que dijo no tener «ningún reproche para ninguno de ellos». Pero estos agradecimientos también se trasladaron al resto de funcionarios y dirigentes políticos, a los que les realizó una petición vinculada a la gestión de expedientes. «Más allá de las frías tramitaciones, hay personas. Tenemos que ser capaces de seguir trabajando pensando que detrás de cada expediente hay un proyecto de vida, una ilusión y que piensen siempre eso», afirmó.

Tras su renuncia formal, Conde Roa, que empezó su carrera política en Santiago en la oposición y «aquí la acabo», le entregó el bastón a Currás en un pleno breve —como el anterior—, en el que los 13 concejales del Ayuntamiento votaron unánimemente al antiguo concejal de Educación y Cultura como nuevo regidor de Santiago. Currás, que aceptó en visible tono emocionado el cargo, insistió en su vocación de «continuidad» con el proyecto empezado hace diez meses pues «cambia el capitán, pero no la nave». También quiso agradecer todos los apoyos de sus grupos y destacó que, en todo camino existen siempre «obstáculos que vencer y dificultades que superar», aunque se mostró dispuesto a intentar superarlas.

De esta manera, Currás asume la responsabilidad que le cede Conde Roa desde «el cariño personal y el reconocimiento institucional» al exalcalde de la ciudad, de quien dijo que era su «amigo». Mientras, hoy mismo, el abogado de Conde Roa, Ramón Sabín, presentará el recurso contra el auto que imputa a su cliente por un supuesto fraude a Hacienda, al considerar que «no ha habido una actuación delictiva».

En un día cargado de palabras cariñosas, la oposición municipal (tanto PSOE como BNG) también se mostró satisfecha con lo acordado por Conde Roa, al que le desearon «la mejor de las suertes posibles en su vida personal», declaró el portavoz nacionalista, Rubén Cela. Por su parte, su homólogo socialista, Xosé Sánchez Bugallo, instó a «pasar página» en relación a cualquier cuestión «mala» previa que pudiera existir entre ambos.

Junto al nombre de Ángel Currás, durante estos últimos días —y después de que Conde Roa anunciase su inminente dimisión como alcalde—, también sonaba con fuerza el de Paula Prado, diputada y portavoz de la junta de Gobierno local de Santiago.

Prado quiso aclarar que la opción de ocupar el cargo, a pesar de ser ella «la sustituta natural por ser la número dos» de la lista, podría poner a la Cámara autonómica en una «situación complicada», apuntó, en alusión al problema que podría tener el grupo de Feijóo al recurrir, en un supuesto, a las listas de suplentes por la provincia de La Coruña. Por ello, Prado decidió sumarse a la candidatura de Currás atajando: «Hay unanimidad. No hay diferencias».

El portavoz del Partido Popular en el Parlamento, Pedro Puy, anotó ayer que abrir un expediente informativo en el seno del partido a Gerardo Conde Roa «perdió sentido» puesto que ya abandonó su condición como cargo público. Así lo explicó el popular en la Junta de Portavoces, en la que también se manifestaron las posturas opuestas entre PP y PSOE sobre la imputación del alcalde de Lugo, José Clemente López Orozco, en la Operación «Campeón» y su comparación con la situación de Conde Roa, imputado por un supuesto delito de fraude fiscal a Hacienda. Para Puy, los casos son equiparables, y «llama la atención que quienes piden dimisiones al día siguiente de conocer un auto de imputación se se apliquen el cuento». Asunto en el que también se mostró de acuerdo el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda: «La pregunta es qué van a hacer otros en la misma situación que Conde Roa».