Miguelanxo vuelve a sus orígenes

Sobre la intención de este relato íntimo, Prado afirmaba nada más acabarlo que «aunque puede sonar filosófico, se trata de un puñado de seres humanos que se ayudan y se hacen daño unos a otros, algunos llegan a quererse y todos se aferran a sus recuerdos para intentar evitar el naufragio». Primera incursión en la novela gráfica del creador, «Ardalén» es también la historia más larga publicada por el coruñés hasta el momento . Y es que — al margen de textos como «La casa de los Pampín», de 48 páginas— la bibliografía de Prado destaca por el gran número la historietas cortas a las que ha dado a luz en sus treinta años de carrera. Una tendencia que las 170 páginas que configuran la novela gráfica «Ardalen», sobre las memorias propias y las ajenas, aspira a echar por tierra.

Esperado por todos los lectores que Miguelanxo ha cosechado con el paso de los años, «Ardalén» se revela como uno de los cómics más esperados del momento. A su favor tiene una cuidada técnica que consagró a Prado como todo un referente en lo que al mundo del cómic se refiere y el atractivo de un guión íntimo y cercano con una temática universal.

«En estas memorias hay amor y cariño, y hay rencores y odios. Por eso recordar no es inocuo. Pero quien no recuerda, no vive», comentaba Miguelanxo al hacer balance de lo narrado en las páginas de su último trabajo. Premiado por la «Mejor obra, Salón del Cómic de Barcelona» en 1986 y 1994; nominado a los Premios Eisner en la categoría de Mejor Pintor, (Estados Unidos, 1995) y candidato también a los Premios Harvey en la categoría de Mejor Obra Extranjera, el autor de la « Ardalen » espera convencer y emocionar con su última y completa propuesta.