Guía para entender qué pasa entre En Marea y Podemos

El movimiento de «amplia base» fue reconducido hacia un partido instrumental, de adscripción individual, pero contenedor de todos los agentes rupturistas. De tal forma que de forma individual se convierten en militantes los inscritos en Podemos, Anova, Izquierda Unida y los miembros de las mareas municipales. La fórmula jurídica permite comparecer con un único nombre a las elecciones y sortear los obstáculos para la creación de un grupo parlamentario.

Los inscritos en En Marea son partidarios del asamblearismo como forma de organización política. Se dotan de instrumentos para fomentar la participación de la gente y mantienen activa de forma constante a su militancia. Sin embargo, el poder orgánico y territorial reside en los alcaldes de La Coruña, Santiago y Ferrol; el portavoz de Anova, Xosé Manuel Beiras, y la coordinadora de Izquierda Unida, Yolanda Díaz. Todos tienen una relación personal con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que completa desde la distancia el «sanedrín» rupturista gallego. La fórmula para comparecer a las elecciones se cerró tras la intervención personal de Pablo Iglesias y sin ningún tipo de consulta a las bases sobre el tipo de alianza.

El nombre del magistrado de lo Contencioso y candidato a la presidencia de la Xunta, Luis Villares, lo buscó la coordinadora de Izquierda Unida, Yolanda Díaz. Rápidamente los alcaldes dieron su placet y Beiras cedió el primer puesto a un hombre sin militancia partidaria, pero con un fuerte compromiso nacionalista. Este jueves el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia confirmó su excedencia.

El entusiasmo de las bases fue in crescendo. En un primer momento, Beiras dijo no. Finalmente aceptó la nominación del juez tras el apoyo de los alcaldes y el resto de confluencias. Se mantuvo al margen la dirección territorial de Podemos, y solo a través de la imposición de Iglesias, aceptó al candidato impulsado por los notables rupturistas.

La batalla por los puestos de salida ha sido encarnizada. Veinticinco candidaturas han concurrido a las primarias. La mayor parte de ellas, conformadas en su totalidad por diferentes sectores de la izquierda radical —Anova, IU, Mareas municipales, exBNG colocados como independientes...—, y otras en las que se mezclan nombres de distintas facciones. Después de un complejo sistema de votación, en el que cada inscrito puede tomar a partir de cada una de las candidaturas nombres sueltos y conformar su favorita en el orden que guste, los encargados del recuento deberán aplicar factores correctores de género al resultado para que las listas definitivas vayan en «cremallera» y sean perfectamente paritarias.

Después de intentar echar un pulso hasta el último momento, emergió la figura de Pablo Iglesias para firmar con un tuit el tratado de capitulación de Podemos ante sus aliados. La formación morada aceptó por orden de su líder diluirse en un partido instrumental rechazado por sus bases.

La secretaria general de la organización en Galicia, Carmen Santos, fue la gran derrotada de este proceso, ya que su apuesta personal pasaba por coaligarse con la Marea, y no integrarse como al final sucedió. Cabe destacar que un todavía desconocido Pablo Iglesias, amigo personal de Beiras y Díaz, fue uno de los artífices del germen de las Mareas en 2012, cuando asesoró a AGE en la campaña de las autonómicas, de ahí que su rendición fuese más sencilla.

La formación morada se encuentra fracturada en tres partes en la Comunidad. De un lado, el sector «oficial», que encabeza la secretaria Carmen Santos, y que presenta discrepancias con los postulados que se le imponen desde Madrid. Otro, que lideran los diputados gallegos de Podemos en el Congreso, afines a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón; y un tercero, pequeño y formado por algunas agrupaciones locales, que se podrían considerar los «críticos», que pretenden fundar un partido propio que sirva como guardián de las esencias dentro de la estructura gallega. El último movimiento de esta pata ha sido presentar una denuncia contra la dirección estatal por la cancelación de las primarias de Podemos Galicia para las autonómicas y su sustitución por las de En Marea.