Feijóo instará a Sánchez a que aclare si reformará la financiación autonómica

El anuncio de Pedro Sánchez ha cogido a contrapié a buena parte de los gobiernos regionales. También a los encabezados por el Partido Socialista. Pero la Xunta tendrá la oportunidad, junto con el País Vasco y Cataluña, de ser las primeras en sondear las verdaderas intenciones del presidente. De entrada, Feijóo transmitió ayer que, lejos de declaraciones en una u otra dirección, lo importante será conocer cuáles son las decisiones «definitivas» del Gobierno central.

Hasta ahora, lo sabido es que el PSOE encabezaba, con todos su «barones» en la avanzadilla, las presiones para que el anterior ejecutivo de Mariano Rajoy concretara la reforma . La estrategia, sin embargo, fracasó. Tanto es así, que la ejecutiva de Ferraz demandó el pasado mes de enero una nueva convocatoria de la Conferencia de Presidentes para desatascar el pacto por la financiación, condicionado en gran medida por el desafío secesionista de Cataluña.

Por ello, el presidente de la Xunta prefiere caminar con pies de plomo. Al menos, hasta tener la certeza de que el PSOE va a «incumplir uno de sus grandes compromisos». «Es verdad que hubo una manifestación en el Senado, pero vamos a ver con exactitud cuál es la postura del Gobierno para después poder hacer una valoración completa», afirmó desde los pasillos del Parlamento.

El temor a que la nueva financiación acabe siendo papel mojado es un fantasma que recorre los ejecutivos territoriales de norte a sur. Desde Asturias, donde el equipo de Javier Fernández reclama «encauzar» las negociaciones ya abiertas, hasta Andalucía, lugar donde su presidenta y otrora rival interna de Sánchez, Susana Díaz, tradujo en cifras sus exigencias: 4.000 millones más. A su favor juega la baza de que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, fue quien firmó el documento aprobado en la Cámara andaluza sobre su infrafinanciación. Por lo demás, Baleares, Valencia o Castilla-La Mancha cierran el círculo de las plazas del PSOE preocupadas por el anuncio del Gobierno.

En Galicia, la propuesta de la Xunta se mantiene con independencia del traspaso de poderes en Madrid. Feijóo insistió ayer en que la financiación deberá inspirarse, ante todo, en los criterios de la «solidaridad y la equidad», y es igualmente conocida la defensa de que los fondos s e repartan conforme al coste efectivo de los servicios, dado el impacto de la dispersión y el envejecimiento poblacional en las cuentas autonómicas. Lo mismo opinan en Castilla y León, Asturias o Aragón, aliados de Feijóo en las negociaciones.

En la cumbre que citará a Sánchez y Feijóo habrá, no obstante, margen para valorar algunos de los temas que vienen instalándose en la agenda política de Galicia. Uno de ellos es la llegada del AVE, prevista para el tercer trimestre de 2019. Pese a que el Gobierno administrará los Presupuestos que previamente había diseñado el PP, la Xunta no cejará en su empeño de controlar el cumplimiento de los compromisos, no solo en el AVE, sino en otras infraestructuras; una preocupación que comparten también los empresarios gallegos.

Y en la agenda no podría faltar la AP-9. Feijóo aclaró durante la sesión de control en O Hórreo que la transferencia de la Autopista del Atlántico no se apeará de la lista de solicitudes al Gobierno, con independencia del color político de quien lo lidere. Cuando era Rajoy el presidente, la Xunta la reclamó. Ahora conSánchez no cambiarán las tornas, aunque, según el mandatario, Galicia no aceptará la cesión «a cualquier precio».

Por último, en la carpeta que Feijóo portará a la reunión en Madrid habrá espacio para discutir los fondos asociados a la Ley de Dependencia. A instancias del portavoz parlamentario del PSdeG, Xoaquín Fernández Leiceaga, el jefe del Ejecutivo autonómico adelantó su disposición a reclamar «íntegramente»el cumplimiento de la normativa. En el aire está un presupuesto de 180 millones de euros.