Feijóo defiende su renuncia a liderar el PP antes que «faltar a la palabra dada a los gallegos»

La de este miércoles era la primera oportunidad que tenía de blandir el relato de la permanencia ante los líderes de la oposición. Y la oportunidad se apareció a las primeras de cambio. Tan pronto como Ana Pontón, la responsable del BNG, le ha censurado su falta de agenda de gobierno, el «show» de su «ausencia» durante los últimos días , y su «servilismo» a la hora de «anteponer los intereses del PP a los intereses de los gallegos».

«Galicia es suficientemente importante para estar subordinada a ninguna agenda, y menos a ninguna agenda personal. No tengo más agenda que Galicia, ayer, hoy y mañana, y no cambio la cambio por ninguna otra, aunque usted siga sin creerlo », le ha respondido Feijóo, igualmente diligente a la hora de advertir que, pese a su continuidad en Galicia, no iba a «admitir» un intento del gabinete de Pedro Sánchez con una «reforma constitucional exprés», con tal de contentar a los secesionistas catalanes y al nacionalismo vasco, aliados necesarios para que el presidente socialista se mantenga en el poder.

Desde el hemiciclo, el presidente de la Xunta ha vuelto a poner en valor la coherencia de su posición. Sobre todo, frente a las críticas que hablaban de su etapa en el Gobierno autonómico como la «sala de espera VIP», antes de poner rumbo a Madrid.

A ellas se sumó también Luís Villares, el portavoz de En Marea. «¿Cómo le fue por Madrid?, ¿breve pero intenso, no?» , ironizó el dirigente, quien avanzó su alegría por la continuidad de Feijóo, «porque será un gusto poder derrotarlo en las urnas».

«Usted se alegra de que no me fuera y yo estoy contentísimo de que usted siga» , apuntaló Feijóo, en una muestra de solidez de la política gallega: el presidente de la Xunta se mantiene, los agrios enfrentamientos con Villares, también.