Coronavirus Galicia: La Xunta activa el nuevo rescate de la hostelería y endurecerá restricciones

El Gobierno gallego ha convocado este viernes a la hostelería a una nueva reunión, tras conversar ya esta semana con los autónomos. Les presentará este nuevo rescate, que se está negociando -al frente, vicepresidencia primera y Consellería de Emprego- y en el que « vamos a poner dinero, ponga o no ponga la Administración local ». La Xunta, garantizó su presidente, no se verá condicionada por el resto de actores públicos en su respaldo a los sectores más castigados por el Covid. Con los (al menos) 50 millones adicionales se alcanzarán los 140 millones de inyección financiera a estos sectores en 90 días.

Ese es el compromiso que la Xunta pondrá sobre la mesa en su careo con la hostelería. Resta que muevan ficha el resto de poderes implicados. En San Caetano se ve con buenos ojos el modelo alumbrado en Valencia -la autonomía aporta el 50%, con 30% por parte de las Diputaciones y 20% los concellos-. La apelación, que no es nueva, quedó ayer reiterada: se trata de «arrimar» el hombro. Hasta el momento lo que se percibe en el Gobierno gallego son «contradicciones» en una respuesta que «no está siendo homogénea».

Con todo, la Xunta mantendrá la mano tendida y vivo el deseo de «ir todos juntos». « Pero no podemos estar esperando a que nos pongamos de acuerdo », advirtió Feijóo. Le consta, eso sí, que Diputaciones como la de La Coruña y Orense, así como concellos grandes (Santiago, La Coruña) y otros de menor tamaño, han estando «poniendo dinero» de forma directa para paliar el golpe del Covid a los citados sectores. No se puede decir lo mismo del resto.

La queja de la Xunta es que se ha visto muy sola hasta el momento . Ha actuado en medio de la dejadez del Gobierno central, censuraba recientemente Feijóo, y sin encontrar tampoco apoyo en entes más cercanos. En ese contexto, puso en valor ayer que ya se han abonado unos 66 millones en ayudas a autónomos, microempresas y hostelería (un 80% del montante total, algo más de 86 millones). Bares, cafeterías y restaurantes absorberán 37 millones del primer rescate. El grueso de este sector, un 31% de empresarios, ha cobrado entre 2.700 y 3.500 euros por establecimiento; el 21%, entre 5.500 y 6.500; y el 15%, entre 6.700 y 8.500. Siempre en función del número de semanas de cierre, facturación y personal.

Un balón de oxígeno que cobra más sentido, si cabe, tras anticipar Feijóo que, de la mano del comité clínico, que se reunirá a comienzos de la próxima semana (lunes o martes), se van a endurecer las restricciones . Y no ocultó que cerrar la hostelería «siempre es una posibilidad» que « está encima de la mesa ». Recordó que ya se hizo en noviembre y afirmó que, en caso de activarse, se hablará antes con el sector. En cambio, la Xunta mantiene su rechazo a un confinamiento global en la Comunidad, un escenario a evitar porque se percibe como una baza a la desesperada.

En este punto, si bien «aún no pasaron los días y horas necesarios para que produjeran efecto» las medidas adoptadas la semana pasada, cunde la convicción de que no resultan suficientes. Toca actualizarlas y apostar por acciones «más restrictivas». Lo que hará la Xunta es aplicar el protocolo que avala su sanedrín de expertos. Rangos de una serie de parámetros (incidencia acumulada, ocupación hospitalaria, afectación en tercera edad, etc) que anticipan que un ramillete de concellos «subirán hasta el riesgo extremo» inaugurado por Arteixo, Xinzo y Viveiro. No concretó Feijóo, pero dio una pista importante al señalar que «no es descartable» que las nuevas restricciones afecten «a buena parte de la comunidad autónoma» . Porque la tercera ola no solo rebasa en contagios a la segunda: el mandatario fue más allá al augurar que «va a ser superior en número» de pacientes en planta hospitalaria y UCI que la primera ola de primavera.

La receta de la Xunta pasa por « seguir trabajando sin descanso con las herramientas que tenemos » porque el Gobierno, censuró Feijóo, «nos impide trabajar con las herramientas que necesitamos». Señaladamente, un toque de queda anticipado, al que Salvador Illa, ministro de Sanidad, dio portazo el miércoles.

Feijóo reaccionó este jueves con una mezcla de «estupefacción» y «sorpresa y frustración». El malestar era evidente. «Estamos acostumbrados a que no hagan cosas, pero solicitamos (...) que nos dejen trabajar», reclamó. « El Gobierno ni gestiona ni deja gestionar ». No permitir un toque de queda ampliado es un «error», fruto de la «falta de rigor», por el que «estamos pagando las consecuencias», incidió. No se solicitó de forma generalizada para «desgastar al Gobierno central», tampoco «por capricho ni en función de colores políticos». ¿Hay algún interés porque hay alguna otra comunidad autónoma que está en un proceso electoral?», se preguntó en alusión a Cataluña. «¿Vamos a mezclar la pandemia con procesos electorales (...) que beneficien o perjudiquen a un partido?».