El futuro del Chicle, en manos de cinco hombres y cuatro mujeres

De su decisión dependerá el futuro del único acusado, José Enrique Abuín , que a primera hora de esta mañana será trasladado desde la prisión coruñesa de Teixeiro a los juzgados de Santiago -a unos 60 kilómetros de distancia- para responder por hasta tres presuntos delitos: asesinato, agresión sexual y detención ilegal.

La de hoy será la jornada más intensa de las nueve que compondrán la vista oral, porque contará con la declaración del Chicle, que se verá las caras con los padres de Diana, también citados para testificar. Una de las incógnitas de la mañana está en saber si Abuín responderá a las preguntas de todas las partes o si -como ya hizo en el intento de agresión de la chica de Boiro el pasado mayo- solo contestará a su defensa. Por los pasos dados hasta el momento, todo hace pensar que el presunto asesino se plegará a las preguntas de su abogada -del turno de oficio- para mantener ante el tribunal la versión que defendió en la reconstrucción de los hechos: que Diana lo sorprendió robando gasolina de los camiones de los feriantes y que la asfixió «de forma accidental» tratando de evitar que lo delatase.

Más duros serán los interrogatorios tanto de la acusación particular (en manos del penalista Ricardo Pérez Lama ) como de la Fiscalía, que sostienen que la víctima fue raptada, violada y asesinada posteriormente en la nave de Asados donde quinientos días después su cuerpo fue rescatado, desnudo y con dos pesos colgando de él, del fondo de un pozo.

De persuadir al jurado y demostrar que en el crimen medió una violación dependerá la petición de prisión permanente revisable que las dos acusaciones solicitan para Abuín, ya condenado por un intento de agresión y en investigación por la denuncia de violación de su cuñada cuando ésta era menor de edad.

La intervención del procesado, que podría aparecer en la sala con un aspecto físico muy distinto (barba larga y más desarreglado), será seguida de cerca por los padres de Diana, presentes en el mismo salón de actos. A muy pocos metros, Juan Carlos Quer y Diana López-Pinel escucharán el relato del presunto verdugo de su hija y, a continuación, hablarán para aportarle a los jurados detalles sobre cómo llegó Diana a las fiestas y cuál solía ser su rutina en el pueblo de veraneo donde el Chicle la abordó.

También estará entre el público su única hermana, Valeria , enfrentada con su madre por las acusaciones de malos tratos que ésta dirigió contra su padre en las últimas semanas y que él niega. Un proceso judicial paralelo que acabó saltando a los medios y que podría enturbiar el devenir del juicio por el crimen.

Tras esta primera sesión, donde la hoja de ruta de unos y otros quedará más que definida, llegará el turno de las declaraciones de aquellos que de una u otra forma compartieron con Abuín los quinientos días que tardó en ser capturado desde la muerte de Diana. Según el cronograma previsto, la segunda jornada -mañana- desfilarán por la sala los familiares del acusado. De ellos se espera que aporten detalles sobre el comportamiento demostrado por Abuín después de que abandonase el cuerpo en el pozo, y también sobre otros escarceos anteriores con la Justicia.

En este punto, es vital el testimonio de la mujer del Chicle en el momento del crimen, aunque fuentes consultadas por ABC vaticinan que Rosario Rodríguez se acabará aferrando a su derecho a no declarar (amparado en la relación sentimental que los unía) para pasar palabra y no pisar el tribunal ni dar explicaciones acerca de cómo transcurrieron esos quince meses al lado del supuesto depredador.

Quienes sí deberán dar explicaciones de forma obligada son los cuñados de Abuín, que también llegaron a darle coartada ante la insistencia de los agentes que le seguían los pasos, y su entorno más cercano. En total, están llamados a declarar cerca de medio centenar de testigos y otros tantos peritos y agentes -en una mañana declararán hasta nueve forenses-. Cada uno de ellos trasladará al tribunal su limitada versión de lo que ocurrió la madrugada en la que el tiempo se detuvo, por siempre, para Diana.