El anfitrión de Don Juan Carlos en Sangenjo: «Su principal ilusión es volver a España, luego, muy por debajo, está el resto»

Don Juan Carlos está ilusionado con su regreso a España , aunque sea de forma temporal tempora. Ilusionada está también Sangenjo, el emblemático y turístico pueblo gallego, que, además, había sido su última parada en nuestro país cuando hace 22 meses se fue al extranjero. Ahora, metafórica y casi literalmente, el Rey Emérito vuelve a 'su casa': el club deportivo del municipio pontevedrés, además, se bautizó en su momento como Juan Carlos I.

El Rey Emérito, después de un viaje de ocho horas, asistirá este sábado al Trofeo Viajes InterRías, en cuya categoría de clásicos participará su barco, el Bribón 500. ¿Se subirá Don Juan Carlos a la embarcación? Pues, depende: «Hoy está un día estupendo, pero cuanto más viento menos posibilidades de que suba, porque a él no le gusta y si es así yo tampoco quiero que lo haga el primer día«, explica Pedro Campos a ABC poco antes de ir al aeropuerto de Peinador (Vigo) a recoger al Rey Emérito, que en Sangenjo estará acompañado de su hija mayor, la infanta Elena.

Si las condiciones meteorológicas son buenas, quizá Don Juan Carlos se anime, si no el sábado tal vez el domingo, a subirse al Bribón y echarse a la mar. Y es que pese a llevar tres años sin montarse a un barco -la última vez, en 2019, fue, precisamente, en la ría de Pontevedra-, su amigo Pedro Campos deja claro que el Rey Emérito lleva la náutica en los genes. Aunque, eso sí, de forma muy diferente a su padre, Don Juan: «Él siempre decía que su padre (Don Juan) era un navegante, pero que él es un regatista».

Aunque ha practicado a lo largo de su vida muchos deportes, como la hípica o el esquí, la naútica «es el único deporte que practicó a alto nivel», explica Campos a ABC. Y recuerda la ilusión que le había hecho proclamarse campeón del mundo en Canadá: «Él nunca había ganado un campeonato del mundo, y cuando ganamos allí, en Canadá, tenía lágrimas en los ojos. Eso era un mérito suyo«, un triunfo personal, relata Campos.

Sangenjo se prepara para una visita de Don Juan Carlos, que, lejos de ser única, sí se convierte en especial e histórica tras sus casi tres años de ausencia por las investigaciones abiertas -todas archivadas ya, menos una de la justicia británica-.