Alcoa dejará de producir aluminio primario con el apoyo de los trabajadores

El presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, consideró esta mañana que el apoyo a la propuesta de Alcoa ha sido la «solución menos mala». Zan lamentó que nadie haya puesto encima de la mesa durante las negociaciones un marco energético que permitiese abaratar los costes de producción antes de 2024. «Entre 2022 y 2024 España dejará de producir aluminio primario, lo que es una auténtica hecatombe», lamentó. «Los gobernantes deberían de explicar cómo puede ser que en plena crisis de materias primas España deje de producir un material tan necesario» para el sector farmacéutico, de la automoción y de la alimentación. Alcoa consideró «una buena noticia» que los trabajadores hayan votado a favor de su propuesta, que «ofrecerá una oportunidad para el futuro y la viabilidad de la planta».

El apoyo de los trabajadores supone el punto y aparte a un conflicto que se inició en la primavera de 2020 con el anuncio de Alcoa de abandonar San Cibrao . La compañía presentó un ERTE para despedir a la mayor parte de los trabajadores de la última fábrica de aluminio primario que quedaba en España, que meses después fue tumbado por el Tribunal Supremo. Tras el fracaso de los intentos de venta de la planta a un tercero y la negativa del Gobierno central a hacerse cargo temporalmente de la fábrica a través de la SEPI , Alcoa decidió hace un mes cambiar su estrategia y permanecer al frente en San Cibrao. A cambio pedía paralizar las cubas de electrólisis, que son las que más energía consumen. Según fuentes de la multinacional este mes que termina perderán 20 millones de dólares por mantenerlas operativas. Pero la previsión para enero era que subiesen hasta los 90 millones.

Alcoa propuso apagar las cubas y mantener los empleos durante los próximos dos años . En ese tiempo se compromete a buscar acuerdos bilaterales con empresas eléctricas para lograr abastecerse de energía más barata a partir de 2024. El domingo, Greenalia (presidida por José María Castellano, de Inditex) anunció que había llegado a preacuerdo con la multinacional del aluminio para suministrar buena parte de la electricidad necesaria a partir de ese año, con parques eólicos que se construirán en la provincia de Lugo. El comité explicó que Alcoa les ha trasladado también que negocia con otras dos eléctricas para lograr nuevos contratos.

El comité de empresa negoció la propuesta en cuatro jornadas maratonianas que finalizaron sin acuerdo. La plantilla siempre se había negado a apagar las cubas. Temen que al final nunca se vuelvan a reiniciar, dado que es un proceso costoso. Durante las negociaciones arrancaron el compromiso de que Alcoa ponga garantías por valor de 103 millones de dólares, para rearrancar la electrólisis y realizar inversiones en la planta de San Cibrao. También para que mantenga durante los próximos dos años los contratos con las empresas auxiliares, aunque la multinacional estadounidense se negó a incluir una cláusula que las obligase a no presentar ningún ERE.

La firma del acuerdo para dejar la fábrica a medio gas hasta 2024 supondrá el fin de la huelga que afectaba a la factoría. Era una protesta atípica, no de brazos caídos. La fábrica no se puede parar fácilmente por lo que durante estos meses seguía produciendo aluminio primario, pero los trabajadores no lo dejaban salir. En los próximos dos años sólo funcionará la fundición para los procesos de reciclaje. También continuará operativa la factoría de alúmina asociada al complejo, que Alcoa nunca ha querido cerrar. «Los trabajadores van a pasar los peores momentos de su vida laboral durante los próximos dos años, con las cubas apagadas y ese silencio que va a hacer más daño que cualquier otro paso que hayan dado», lamentó ayer el presidente del comité de empresa.

La ministra de Industria, Reyes Maroto asistirá mañana a la firma del acuerdo a las 9.30 en Santiago «para reforzar el compromiso del Gobierno con el futuro de Alcoa y la comarca de A Mariña». El delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, celebró la noticia y advirtió que el Ejecutivo central seguirá atento al cumplimento de las garantías prometidas. Desde la Xunta, el vicepresidente económico, Francisco Conde, ya advirtió el martes que parar las cubas era « un cierre en falso» al conflicto, pero mostró su apoyo a la decisión de la plantilla.