Feijóo: «Sánchez se ha desdicho de todo sobre Cataluña. Es un disparate moral»

-¿Por qué un acto contra la amnistía 48 horas antes de su investidura?

- Pues mire, porque mucha gente en la calle, militantes pero también gente que te encuentras en cualquier lugar, necesita tener un instrumento para acreditar que siguen creyendo en la democracia española, que se sienten orgullosos de la Transición y de la Constitución. Que no aceptan ser ciudadanos de segunda en un país de primera. Lo que hemos hecho es hacer un acto abierto a cualquier ciudadano para poder expresar con tranquilidad, con sosiego y con cordialidad que nosotros estamos orgullosos de ser españoles. Que estamos orgullosos de la Constitución, que no queremos que nos separen, que nos dividan y que queremos mandar un mensaje de unidad y de igualdad. Vamos a hacer un acto en el que creo y espero que nuestros mensajes trasciendan al propio Partido Popular y abarquen a muchísima gente que no acepta que nos separen, que nos dividan y que haya una élite política que no se someta a la ley y a las sentencias de la Justicia.

-¿Por qué cree que ha merecido la pena intentar la investidura?

-Por varias razones. La primera, porque la investidura la debe hacer el que gana las elecciones. La segunda, porque en base a eso, es por lo que el jefe del Estado me propone como candidato. La tercera, porque es la investidura con mayor respaldo de las últimas cinco. La cuarta, porque yo he tenido más votos que en todas las elecciones a las que se presentó Sánchez. Y la quinta, porque desde hace 27 años no había perdido un presidente del Gobierno las elecciones. Las elecciones en España las perdió González contra Aznar en el 96 y las perdió Sánchez contra Feijóo en 2023. Por consiguiente, esta investidura era obligada. Mire, yo me voy a presentar el martes como candidato a la investidura, como presidente del gobierno de España, con muchos más votos de los que se presentó Sánchez en sus investiduras.

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-¿Pero no ha supuesto desgaste personal para usted? ¿En qué modo contribuye a construir una alternativa?

-El desgaste sería no cumplir con los once millones de ciudadanos a los que vamos a representar. El desgaste hubiera sido no poner el contador en marcha de una posible repetición electoral. El desgaste hubiera sido la cobardía de después de ganar no querer defender el programa electoral más votado en las urnas. Para mí es un honor. Sería un gran fracaso político y personal que yo no hubiese ido a la investidura. Y por consiguiente quiero agradecer, no solamente a mi partido, sino a los que han facilitado esos 172 votos a cambio de nada: Vox, UPN y Coalición Canaria.

-¿Por qué entendió necesario interlocutar con Junts? ¿Qué ha logrado?

-Acreditar que lo que ha pedido Junts nosotros no lo hemos aceptado y que si Sánchez quiere ser presidente del Gobierno no le queda más remedio que hacerlo. Segundo, cumplir con mi obligación, no solo como presidente del PP, sino como candidato a la presidencia del Gobierno de hablar con las fuerzas políticas. Y tercero, cumplir con mi palabra de que estaba dispuesto a hablar con todos salvo con Bildu, algo que no haré mientras sigan llevando en sus listas personas condenadas por delitos de sangre y mientras no faciliten y colaboren con el esclarecimiento de los más de 300 crímenes de ETA que están todavía sin autoría conocida. Hablar en política es una obligación, no es una traición. La traición es pactar en contra de tus principios o de tu programa electoral pero cuando uno habla y conoce las condiciones que le pueden hacer presidente del Gobierno y renuncia a ello antes de obtener esos apoyos es la clarificación de que en este país todavía hay políticos con principios.

-¿Usted tiene certeza de que vamos a tener una ley de amnistía?

-Hoy estamos más cerca de una ley de amnistía que nunca en España desde 1977. Cuando uno se ha acostumbrado a engañar a la gente cree que la puede engañar siempre. Cuando alguien que se ha desdicho de todo lo que ha venido diciendo en materia del golpe contra la Constitución española producido en el Parlamento de Cataluña, pues no merece ser presidente del Gobierno de esa España. Porque una persona que ha votado a favor del 155 y de la intervención de Cataluña, una persona que ha dicho que al señor Puigdemont había que ir a buscarlo donde estuviera y ponerlo a disposición de la justicia, una persona que ha dicho que lo sucedido en Cataluña era mucho más grave que una sedición, que realmente había sido una rebelión, y una persona que ha felicitado al Poder Judicial por haber dictado las sentencias que dictó durante el proceso, no puede desdecirse en su totalidad, no sólo de lo que ha hecho, también de lo que ha dicho y de lo que ha prometido. Esto es un disparate político y moral. Y cuando uno, de forma reiterada, basa su vida política en el engaño, pues tiene, sin ninguna duda, que ocuparse de cómo va a pasar a la historia. Y creo honradamente que España no se merece un presidente que le haya mentido tanto y tan gravemente a los españoles.

- ¿Y qué puede hacer el PP? ¿Qué va a hacer ante esa certeza?

-Primero, hacer la investidura. Si había alguna duda de por qué merece la pena hacer la investidura, pues ahora entiendo que nunca hubo ninguna. Estamos escuchando a todos los expresidentes del Gobierno, salvo uno, absolutamente escandalizados de que tengamos que aceptar que España no ha sido una democracia plena en los últimos años y que España no ha tenido, no ha imperado el Estado de derecho, y que el Poder Judicial en España no ha dictado sentencias justas… más que nunca necesitamos alguien que represente todo lo que el Gobierno está poniendo en riesgo: el Estado de derecho, la separación de poderes, la Constitución española y la dignidad de España. Si el señor Sánchez quiere negociar con su dignidad como ha venido haciendo es su problema. Lo que no está autorizado es a negociar con la dignidad de los españoles eso no tiene autorización de nadie. Estamos ante un fraude electoral porque se presentó en las elecciones con la matraca de que no gobernaría nunca con Podemos y con la matraca de que no indultaría. Ha demostrado que no solamente no cumplió ninguna de sus requisitos sino que además los incumplió impunemente. Y el segundo fraude electoral es el que dice cuando traslada, unos días antes de las elecciones, que la amnistía no cabe en la Constitución. Por tanto, hay un doble fraude electoral con el agravante de reincidencia.

-Felipe González hizo una defensa de su persona, pero también le puso algunos deberes en lo relativo al CGPJ, ¿se arrepiente de no renovarlo?

-Yo lo intenté todo. Pero constatamos el engaño en tiempo real, durante la negociación, de que se estaba negociando la eliminación de la sedición y la rebaja del delito de malversación de fondos públicos. Además de la mentira, pretendían que por la puerta del Congreso entrase una ley que teóricamente iba a profundizar la independencia del Poder Judicial y otra que deja sin efecto y que desautoriza al Poder Judicial. No es posible. Y después vimos en el Tribunal Constitucional cómo realmente lo que pretenden no es renovar la institución sino controlarla. Lo que pretenden es hacer lo que hicieron con el CIS o con la Fiscalía General del Estado. Mire, estoy dispuesto a hacer posible la independencia y el Poder Judicial y cumplir lo que nos dijo Europa de que una parte del Consejo la eligen los jueces y la otra parte las Cortes. Eso lo podemos hacer a las 24 horas de tener Gobierno.

-¿Se compromete a revertir la reforma del Reglamento que permite el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso? ¿Y van a recurrir el desarrollo de estas sesiones?

- Advertimos en la Mesa con honestidad que veíamos que había habido fraccionamiento de contratos y, sin embargo, han seguido adelante. Hemos advertido que se conculcaba la legalidad porque la presidenta aplicó la ley antes de su aprobación. Cuando la presidenta dice que las normas de la Cámara no prohíben hablar en otras lenguas y que, por tanto, es posible hablar íntegramente en otras lenguas durante las intervenciones está diciendo a todos los presidentes del Congreso anteriores que prevaricaron. Porque todos advirtieron a los diputados de que se debe utilizar la lengua común para que las sesiones del Congreso sean útiles. Para que los diputados nos entendamos. Por lo tanto, o todos los expresidentes del Congreso han prevaricado o esta presidenta ha innovado el ordenamiento jurídico internacional al aplicar una ley antes de ser aprobada. Por eso, por supuesto, estamos estudiando estas cuestiones desde el punto de vista jurídico. ¿Qué haré si depende de nosotros? No vamos a engañar a nadie. Si nosotros gobernamos, el castellano será la lengua común de comunicación en el Congreso. Y derogaremos el reglamento de la imposición de los partidos plurinacionales.

-¿Qué ha pasado con una enmienda de Vox para hacer obligatorio el castellano? Ustedes se abstuvieron.

-Esta enmienda no es comentada con el Partido Popular. Y esta enmienda es contradictoria con la enmienda del Partido Popular. La enmienda de Vox dice que los diputados tendrán la obligación de utilizar el castellano en todas las sesiones. Y nuestra enmienda decía que se repondrá el reglamento anterior en su totalidad. Y el reglamento anterior en su totalidad permite la cortesía de que pueda haber cualquier diputado en la Cámara que se pueda referir o que se pueda expresar en una de las lenguas cooficiales en España. Primero, no hablamos de las enmiendas. Y segundo, nuestra enmienda era mantener el reglamento como estaba. Y entiendo que Vox no tiene ningún problema en mantener el reglamento como estaba.

-Entiendo que no van a apoyar su iniciativa en el Senado.

-Mire, nosotros vamos a ver la iniciativa en el Senado cuando entre en el orden del día. Y en ese momento nos pronunciaremos.

-Pero usted no ha manifestado ninguna inconveniencia con el actual reglamento en el Senado. Vox lo que pretende es revertir que se pueda utilizar allí las lenguas cooficiales

-Si hay alguna Cámara en que se puede utilizar de forma concreta y explícita y en determinados supuestos las lenguas es en la Cámara Territorial. Yo escucharé a los portavoces del Senado, a la Mesa, al presidente del Senado y en base a eso lo discutiremos. Lo que sí digo es no podemos seguir en el Congreso con el pinganillo o karaoke. No se puede. Si tenemos una lengua común ¿por qué no la utilizamos? ¿Por qué no utilizamos dentro de la Cámara la lengua que utilizamos en el pasillo? La que utilizamos con ustedes cuando nos preguntan. La que utilizamos en la cafetería. No tiene sentido.

-Ha dicho que Vox no le había comunicado la enmienda. ¿Qué pasa con Vox? ¿No hay buena comunicación en ese sentido? ¿No habían mejorado las relaciones?

-Yo le pregunté a nuestra portavoz si conocíamos la enmienda y me dijo que no. No la conocimos hasta el momento de registrarla en la Cámara. Y yo mismo me la leí en el escaño. ¿Pero las relaciones han mejorado con Vox? Le mentiría si le digo que no. Sí han mejorado. Vox y nosotros somos los únicos junto con UPN que hemos rechazado esta imposición del Reglamento. No la hemos podido apoyar porque chocaba contra nuestra propia enmienda. Hay una coherencia. No puedes aprobar una enmienda y su contraria, o al menos parcialmente contraria, a la vez. Eso se lo dejamos al PSOE.

-Usted ya ha reconocido que los pactos autonómicos durante la campaña se gestionaron mal. ¿A qué se refiere?

-Vamos a ver. Yo creo que los pactos autonómicos deberían de haberse gestionado después de las elecciones generales. Por una razón. Estar conformando gobiernos en periodos preelectorales conlleva la tensión típica de la negociación y el despiste típico de los presidentes o de los partidos que tienen que gestionar esos pactos. Bueno, Vox no aceptó.

-¿Usted lo llegó a plantear en esos términos?

-Sí. En el régimen local es muy sencillo, porque gobierna la lista más votada. En un régimen parlamentario donde hay que buscar acuerdos, estamos en plenas elecciones. Estamos en campaña electoral. Primera cuestión, que en mi opinión no se hizo bien. Segunda cuestión, no fuimos capaces de explicar que en Valencia y en Extremadura era obligatorio llegar a acuerdos antes de las elecciones generales porque los reglamentos de la Cámara establecían un plazo. Hubo una desinformación y desorientación de por qué hacíamos una cosa en Valencia y en Extremadura y otra en Aragón y en Murcia. Y en tercer lugar, lógicamente el PSOE utilizó esos pactos para decir que eso iba en contra de los derechos de la mujer, de los derechos del colectivo LGTBI… Eso está ahí. Y así quedó. Es verdad que nos cogió en un momento de preparar una campaña electoral, cerrar un programa electoral, cerrar unas listas con un partido que había ganado al 'sanchismo' en 12 comunidades autónomas, en la mayoría de capitales de provincia, en la mayoría de diputaciones de España, y todo esto hacerlo en cinco semanas. Evidentemente, eso provocó una tensión y una falta de claridad en la ejecución de todo.

-¿Usted se compromete a estar al frente del Partido Popular hasta las próximas elecciones generales, sean cuando sean?

-He visto que el ambiente mediático y político en Madrid es distinto al resto. Aquí rápidamente te suben y con la misma velocidad te bajan. Eso ya lo he aprendido. Si yo hubiese perdido las elecciones sería coherente con mi compromiso. Y como tengo que cumplir el compromiso, la coherencia me exige, una vez ganadas, trabajar con mi partido para, en primer lugar, intentar conseguir la presidencia del Gobierno. O en su defecto, pues hacer la oposición el tiempo que fuera necesario para revertir la situación. Porque tengo un compromiso con mi país y con mi partido, por este orden. Con mi país y con mi partido. Y porque además, dentro de poco entramos en elecciones vascas, elecciones gallegas y elecciones europeas. Y como comprenderá usted, las vascas y las europeas no me las quiero perder y las gallegas, en ningún caso. Por lo tanto, voy a seguir cumpliendo con mi deber. Pero sí le digo, si llego al convencimiento, en algún momento, dentro de cuatro años, dentro de tres, lo que fuere, de que no soy lo suficiente útil a mi partido, sería coherente con mi propio pensamiento. De la misma forma que después de pensar, dije, si no le gano a Sánchez, yo me voy, si en algún momento, durante esta legislatura, o en el año que fuere, llego a ese convencimiento íntimo y personal, sería coherente y se lo comentaría a mis compañeros. Ahora bien, después de quince meses donde hemos obtenido la mayoría absoluta en Andalucía, hemos ganado las autonómicas, hemos ganado los municipales, hemos ganado las generales, somos la primera fuerza política de España... sería una soberbia y en mi opinión, un cierto infantilismo decir, como no puedo gobernar, y yo solamente estoy en política si gobierno, ahí os quedáis. No. Los ocho millones de españoles que nos apoyaron no se merecen ese tipo de frivolidades.