La falta de alternativa resigna al PSOE a una convivencia indeseada con Podemos: «Es insoportable»
Ningún ministro arropa a Montero y Belarra, que retan a los socialistas con un durísimo discurso
Díaz e Irene Montero se reúnen 'in extremis' al final del Pleno de la reforma del 'sí es sí'
Pedro Sánchez no votó la reforma socialista de la ley del 'solo sí es sí'
Dos imágenes ejemplificaron ayer a la perfección el momento que vive la coalición de Gobierno. Martes 7 de marzo. Un día que se presupone grande para unos partidos que hacen de la causa feminista una de sus banderas principales. Pero desde que PSOE y Unidas ... Podemos comparten el Consejo de Ministros, con la cartera de Igualdad en manos del socio minoritario del Ejecutivo, cada 8-M se ha escenificado la división por el liderazgo incluso por la propia concepción del Feminismo.
Primera imagen. Son las 13 horas y por la sala de prensa del complejo de La Moncloa desfilan la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y la ministra de Ciencia, Diana Morant. La ausencia de la ministra de Igualdad en la víspera del 8-M llama la atención. La portavoz se excusa en que ya estuvo la semana pasada informando sobre las partidas para combatir la violencia machista.
Pero el Consejo de Ministros acaba de aprobar el anteproyecto de ley de representación de hombres y mujeres en órganos de decisión. La norma implica a cinco departamentos. La coordina el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Pero el espíritu de la norma y el momento en que se aprueba desaconsejan que sea él quien comparezca. Lo hace la vicepresidenta Calviño, cuyo ministerio es uno más de los que han participado en esta primera vuelta de la norma.
¿Por qué no la ministra de Igualdad? Moncloa aduce que las comparecencias de los martes se programan en función de los asuntos abordados y por las agendas. Pero la titular de Igualdad no tiene nada en su agenda oficial hasta las 16 horas, cuando asiste a la sesión plenaria del Congreso de los Diputados. Allí se produce la segunda imagen. Empieza el debate de la proposición presentada por el PSOE para reforma la ley del 'solo sí es sí'. Irene Montero solo está arropada por su compañera y fiel amiga, Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales.
Hay pretexto para muchos ministros, que se encuentran en el Senado, que celebra su sesión de control al Gobierno. Pero eso no vale para todos: Pedro Sánchez no tiene agenda pública a esa hora. Tampoco Yolanda Díaz, que solo aparecerá por el Congreso al final del día para la votación. La vicepresidenta segunda evita asistir a un debate en el que la portavoz del grupo parlamentario que ella dirige en teoría le dice al PSOE que su modelo es el de penetrar a la pareja mientras está dormida.
No hay punto de entendimiento. El discurso de la portavoz morada, Lucía Muñoz, es durísimo. Patxi López, portavoz socialista, abandona airado el hemiciclo y tilda el discurso de su socio de «irresponsable», «impresentable» y «fuera de la realidad». En el PSOE perciben a Podemos en «una huida hacia adelante». Aunque la forma de quitarle hierro de los más posibilistas es decir que «es un exceso más de los que llevamos escuchando las últimas semanas». Pese a estar acostumbrados, el choque despertó a los más templados entre los socialistas: «¡Por Dios, esto es insoportable!», exclama un dirigente.
Las reacciones siguen llegando a lo largo de la tarde. «Es acojonante. Es una mierda de discurso que por otra parte nos esperábamos. Están absolutamente fuera de la realidad», expresa muy molesto un presidente autonómico socialista. «Madre mía. No puedo ver más de un minuto de ese discurso», dice otro líder regional socialista. Cuando terminó el pleno, desde la cúpula del Gobierno y del PSOE intentaban enfriar el choque, pero sin ocultar el malestar: «Son excesos verbales que no nos gustan. Pero no vamos a caer en la provocación».
Podemos lanzó este duro discurso contra su socio tras escuchar con mucho desagrado el que pronunció la secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, que reconoció que el consentimiento ya vertebra las relaciones sexuales en el Código Penal «desde 1995», si bien concedió que la ley impulsada desde el Ministerio de Igualdad perfecciona su definición. Eso era un misil a la línea de flotación de Podemos, que atribuye a su advenimiento ese principio. De forma mimética, Belarra y Montero niegan con la cabeza. Lo hacen también los asesores de Unidas Podemos desde la antesala del escritorio.
El lunes la secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, vino a decir que, a pesar de todo, este Gobierno «ha merecido la pena». Ayer, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, dijo que Montero es una «muy buena» ministra de Igualdad. Ambas afirmaciones son casi imposibles de escuchar en el PSOE a micrófono cerrado. Una ministra socialista asegura que está «garantizado» que la crisis no se va a zanjar expulsando al socio minoritario del Gobierno. Pero, ¿y un portazo por parte de los morados? «No podemos hablar en nombre de otro partido». Se deja toda la responsabilidad a los morados. Pero se alimenta el relato de que ya todo es posible. ¿Es coherente que siga Podemos en el Gobierno con este discurso? «Menos mal que yo no mando», resopla un dirigente. Solo manda Sánchez, que parece dispuesto a aguantar. No por convicción, sino por un tacticismo que nace de la ausencia de alternativas, como corrobora una ministra. Y de todo esto, ¿qué dice Yolanda Díaz? Responde una ministra: «No dice nada».