Los juristas ven «alegalidad» en que Sumar opere como asociación

«Si es un partido debería articularse y fiscalizarse como tal. El problema es que no lo es y que a las asociaciones no se les puede exigir las obligaciones y los controles previstos para los partidos políticos», confirma Rafael Martínez, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Barcelona. «Jurídicamente no hay nada que se le pueda requerir», analiza, antes de apuntar que el problema reside en que «dados los niveles de corrupción detectados en las formaciones políticas, la Ley de Partidos estableció un nivel superior de fiscalización para luchar contra esa corrupción».

Desde esa perspectiva, Martínez apunta que el que «una asociación desarrolle la actividad de un partido político podría constituir un fraude de ley».

«Lo lógico es que Sumar se sometiera a las reglas del resto de los partidos, pero si no se constituye como partido no se le puede obligar», coincide José Manuel Vera Santos Vera, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Rey Juan Carlos. «Si yo fuera Yolanda Díaz, cuando Sumar se dé de alta como partido pondría a disposición del Tribunal de Cuentas todas sus finanzas anteriores pero es algo que no se le puede exigir... si Sumar lo quiere hacer, lo hace y si no lo quiere hacer, no lo hace», señala este jurista. «Es una situación alegal. Moralmente inadecuada, quizás, pero jurídicamente no presenta tacha», añade.

Respecto a la posibilidad de que Yolanda Díaz pudiera incurrir en un fraude de ley, Santos Vera considera que sería «complejo de demostrar» si «al final (Sumar) no se presenta» a las elecciones generales.

Para Rafael Murillo, profesor de Derecho Constitucional de la universidad San Pablo-CEU, la vicepresidenta segunda y su equipo «están jugando con las opciones jurídicas para evitar dar un paso adelante». En cuanto a la falta de controles de las finanzas de Sumar, este jurista también confirma que «mientras sea una asociación y no reciba dinero público no existe control por parte del Tribunal de Cuentas» sino solo por parte del Ministerio de Hacienda.

En el caso de que finalmente Sumar se transformara en una formación política, Murillo subraya que el órgano fiscalizador solo podría controlarla si recibiera dinero público y obtuviera escaños o concejales, «y no antes». «Una asociación no puede solicitar, como tal, subvenciones previas a los procesos electorales. Sí pueden hacerlo los partidos, que en su caso, se presenten como coalición», especifica.

En el Congreso de los Diputados, los partidos de izquierda evitaron criticar este jueves el 'modus operandi' de la vicepresidenta segunda argumentando que no comentan situaciones internas de otras formaciones. Ciudadanos, por su parte, reaccionó con dureza.

«Resulta curioso que Yolanda Díaz, que tanto se jacta de dar datos, no haya encontrado un momento para que se puedan auditar precisamente aquellos datos que explican la financiación de su partido«, subrayaron con sorna fuentes de la formación naranja.

«Sumar es un proyecto personalista, donde lo importante es que mande Yolanda Díaz y todo lo demás está supeditado a este principio. No hay primarias ni democracia interna», añadieron.

En esta misma línea, Ciudadanos lamenta que «lo que se vendió como acabar con la casta era un 'quítate tú para ponerme yo', pasar de los vicios del bipartidismo a los del populismo». «Vemos esta deriva con tristeza y preocupación, aunque no podemos decir que no lo esperásemos», remachan las citadas fuentes, recalcando que «Sumar es una plataforma personalista de Yolanda Díaz, de la que se desconoce todo, desde el programa hasta las cuentas».