Cristina Dexeus: «Delgado ha provocado el mayor daño reputacional en la historia de la Fiscalía»

—¿Les ha sorprendido la renuncia de la fiscal general?

—Sí, nos ha sorprendido como nos sorprendió en su día su nombramiento. Es cierto que ha habido múltiples ocasiones en las que podíamos haber previsto su dimisión por las polémicas en las que se ha visto envuelta, pero ahora no la esperábamos. En cualquier caso la valoramos positivamente porque se acaba con una etapa en la que la imagen de la Fiscalía General ha quedado seriamente dañada.

—¿Cree que se trata de una decisión premeditada o improvisada? En el Consejo Fiscal de finales de junio no dijo nada...

—Sí es cierto que en el acto de constitución del nuevo Consejo Fiscal Delgado realizó un discurso en el que esencialmente habló de las bonanzas de su gestión al frente del Ministerio de Justicia y de la Fiscalía General del Estado, una especie de loa a su actuación en detrimento de una valoración de las elecciones al órgano que representa a la carrera y de los vocales entrantes y salientes. Algunos interpretaron que se trataba de un mensaje o discurso de despedida y, al parecer, acertaron.

—¿Cree que detrás de esta decisión solo hay motivos de salud?

—Los motivos de salud seguramente están ahí, pero también los múltiples frentes que tenía abiertos, con recursos interpuestos por la Asociación de Fiscales, como el nombramiento del fiscal de sala de Menores, la comisión de ética y su suspensión unilateral, el caso Stampa... Eso unido al balance de la Comisión Europea sobre la necesidad de mejorar la independencia de la Fiscalía General del Estado y de quien la dirige y al resultado a las elecciones del Consejo Fiscal, en las que su asociación fue castigada con la pérdida de dos vocales, también habrá influido.

—¿Ve a Delgado dentro de unos meses como fiscal de sala?

—Es una decisión que compete al nuevo fiscal general del Estado, pero no me extrañaría en absoluto que la premiara con una fiscalía de sala ahora que saldrá la de Memoria Democrática, que muchos manifiestan que le gustaría pese a que carece de contenido real y es un tanto forzada o ficticia. Pero sí, sería posible.

—¿Qué legado ha dejado Delgado en la Fiscalía General?

—Ha sido un legado de opacidad y descrédito de la institución, porque amén de la imagen de parcialidad que su nombramiento y actuación supusieron, desde el punto de vista jurídico ha sido una etapa absolutamente baldía, huérfana de toda doctrina. No ha habido instrucciones, circulares, y ello pese a que ha habido reformas muy relevantes. Ha sido el periodo de la mayor crisis reputacional en la historia de la institución desde la democracia sin duda alguna.

—¿Qué esperan de Álvaro García, el nuevo fiscal general?

—Es difícil esperar nada cuando al que se propone es la mano derecha de Delgado, su 'alter ego', alguien que ha estado gestionando la Fiscalía mano a mano con Delgado y que ha participado en algunos de los casos más oscuros, como el del fiscal Stampa. Entiendo que dará continuidad a la labor que ha hecho Delgado. No espero nada diferente.

—¿Se esperaban este nombramiento?

—Es congruente con el nombramiento de Dolores Delgado y con la postura que manifestó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al decir que la Fiscalía dependía del Ejecutivo. A mí personalmente me sorprende porque creo que era un buen momento para nombrar a un tercero ajeno a esta etapa de la Fiscalía General del Estado y para establecer una nueva dinámica en la institución.

—¿Es Álvaro García una persona idónea para el cargo?

—Si se declaró la idoneidad de Dolores Delgado, cuando era evidentemente una persona que presentaba una serie de déficits para el cargo, procediendo directamente de ejercer funciones de gobierno y siendo diputada por un partido político por el que había hecho campaña electoral, entiendo que con Álvaro García no tendría que haber ese tipo de problema, más allá de esa imagen que ha aparecido en algunos medios de comunicación donde se le ve con un grupo de políticos del PSOE.

—Desde la Fiscalía General dicen que participaba en el acto en calidad de fiscal especialista en incendios forestales. ¿Es normal que un fiscal vaya a un acto de precampaña?

—No, no es normal. Los fiscales tienen prohibido formar parte de un partido político o de un sindicato y ello tiene una razón lógica: preservar esa imagen de imparcialidad y de neutralidad. Fotografías como esa no van en ese sentido precisamente. Es cierto que en su vertiente asociativa tiene que tener contactos parlamentarios incluso con partidos de todo signo para valorar iniciativas legislativas y mejorar el servicio público, pero eso es una cosa y otra distinta es un acto de precampaña.