Contraataque del Ejército de Tierra a las críticas por el gasto militar

Reivindica en un documento oficial que solo con seguridad hay sanidad y educación

Afirma que la pérdida de consciencia de la sociedad sobre la necesidad de defensa puede tener consecuencias «irreparables»

El Gobierno se ha comprometido a dedicar a Defensa el 2% del gasto del PIB en 2029

Miembros del Ejército de Tierra en la instalación de un puente efe

El Ejército de Tierra ha pasado al contraataque y ha decidido responder directamente a los críticos con el gasto militar. «Argumentos sólidos y razonados para contrarrestar juicios de valor o afirmaciones carentes de justificación». Bajo esta premisa, el Ejército baja al barro en una ... publicación inédita y desmonta todos los cuestionamientos a la inversión en Defensa. Todo con un hilo conductor: sin seguridad, no hay derechos sociales.

'Las claves del porqué' es el título del documento en el que la rama terrestre de las Fuerzas Armadas entra por primera vez en el debate y reivindica la necesidad de que las sociedades democráticas inviertan en Defensa para garantizar su prosperidad, en un contexto en el que la guerra de Ucrania ha devuelto el asunto a la primera línea y España, igual que el resto de países de la OTAN, se ha comprometido a duplicar su presupuesto hasta llegar al 2% del Producto Interior Bruto (PIB).

Con ello, rechaza todos los argumentos que minimizan la importancia de la seguridad y la defensa, o incluso cuestionan su necesidad. «La esencia de nuestra nación, sus intereses, bienestar, desarrollo de sus realidades y potencialidades están garantizados en tanto en cuanto se encuentren debidamente amparados bajo un adecuado paraguas de seguridad», avisa a los antimilitaristas dejando claro que, sin ese paraguas, no podrían gozar de su libertad ni de derechos individuales.

«De nada sirve promover y buscar una sanidad eficiente, una educación avanzada o un desarrollo económico sostenido si se carece de una seguridad que garantice su pervivencia y disfrute», reitera sobre un asunto que entra de lleno en el debate político. Es más, avisa de que la pérdida de consciencia por parte de la sociedad de la importancia de la seguridad puede acarrear consecuencias «muy graves o incluso irreparables». Por ello, rechaza disyuntivas como la de 'cañones o mantequilla' tan usada por sus detractores y sostiene que el gasto en Defensa debe verse como una inversión, ya que permite «sacar provecho a otros gastos de índole social».

Garantiza la libertad

El paraguas de la seguridad y la defensa es el único que garantiza que una sociedad democrática y sus individuos puedan gozar y desarrollar sus derechos y libertades individuales, sin la amenaza de ser destruidos.

El Ejército de Tierra desarrolla todo este argumentario a través de doce puntos en los que responde directamente a las críticas más habituales que recibe, como su utilidad, por qué se compran armas si España no está en guerra o incluso si las Fuerzas Armadas son o no una institución democrática. «Si bien los Ejércitos por su propia idiosincrasia no cuentan con una estructura democrática –puesto que las decisiones no se toman por mayoría ni de forma colegiada–, están al servicio de un sistema democrático», responde a este último debate situándose como «subordinados al Gobierno» y garantes de la Constitución.

Sanidad y educación

El gasto en Educación es dos veces y medio mayor que el de Defensa y el gasto sanitario cuatro veces superior. Además, el gasto en Defensa puede considerarse una inversión porque permite sacar provecho a otros de índole social.

Recuerda incluso que los militares son servidores públicos que renuncian a algunos de sus derechos constitucionales para estar al servicio de los ciudadanos y actúan bajo mando del Ministerio de Defensa y del Rey, por lo que «no solamente tienen cabida en una sociedad democrática sino que constituyen la esencia y garantía de su existencia».

También rechaza que la presencia militar en conflictos internacionales agrave la situación y explica que su participación solo se produce cuando han fracasado las vías políticas y diplomáticas. «Las guerras no las declaran los militares, sino los políticos», subraya rotundo el Ejército de Tierra asegurando que los miembros de las Fuerzas Armadas son los primeros que «detestan» el uso de la fuerza porque conocen sus consecuencias.

Cuna de investigación

Múltiples aplicaciones de las que goza la sociedad civil tuvieron su origen en proyectos de investigación militar, como Internet, los vehículos todoterreno, el reloj de pulsera, el bolígrafo o la anestesia epidural.

El gasto en Defensa subió un 25,8% en los Presupuestos para 2023, congregando la mayor subida en las inversiones para nuevos programas de armamento. Uno de estos programas en marcha es el del nuevo vehículo blindado 8x8, con una inversión superior a los 3.000 millones de euros que fue incluso criticada por Pablo Iglesias siendo vicepresidente del Gobierno. El Ejército de Tierra responde que sus vehículos actuales tienen más de 40 años y esto supone un grave riesgo tanto para su personal como para las operaciones que desarrollan. Pero además, reivindica el reporte económico y social que tiene toda inversión militar: en el caso del 8x8, más de 1.600 puestos de trabajo directos e indirectos y unos 6.000 millones de euros al PIB.

En su defensa, el Ejército de Tierra también recuerda las múltiples tareas que asume en favor de la sociedad, como ha podido verse intensamente durante los últimos años con la pandemia del coronavirus, la ayuda para paliar los efectos de Filomena o la erupción del volcán de La Palma en 2021, entre otras muchas.

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