Condenado un edil a 18 meses por agredir a un guardia civil en los toros: «Aquí no pintáis una mierda, aquí la autoridad soy yo»

La agente, ante la actitud cada vez más exaltada del individuo, le llamó la atención para que parara puesto que el público y el rejoneador se estaban viendo afectados. La respuesta de este fue que había pagado la entrada y podía gritar lo que quisiera. A continuación mandó a la funcionaria a «tomar por culo». Ella le pidió que abandonara la plaza y la acompañara. El alborotador accedió y juntos se marcharon a una de las entradas, donde también acudió el otro guardia civil, compañero de la primera.

Cuando estaban identificando al espectador para sancionarlo apareció en el lugar un concejal que seguía el festejo desde la tribuna y se había dado cuenta de la intervención de los agentes. Llegó haciendo aspavientos, recriminándoles su actuación, pidiéndoles que se fueran de allí. «Aquí no pintáis una mierda, aquí la autoridad soy yo», les dijo, según recoge la sentencia a la que ha tenido acceso ABC.

La guardia civil siguió tomando los datos al espectador, sin hacer caso al concejal. Fue entonces cuando este se metió entre ellos «agarrando fuertemente del brazo a la agente y tirando de él». Su compañero, al ver la situación cogió al edil para separarlo, momento en que este se giró y lo golpeó en el pecho con la mano. La situación no fue a más porque otras personas que estaban allí se lo llevaron del lugar.

Esa misma tarde los agentes acudieron al centro de salud. A la guardia civil le diagnosticaron «eritema en cara interna del brazo derecho con marca de uña». La lesiones, señala la sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 de Segovia, a la que ha tenido acceso ABC, son «compatibles con la dinámica comisiva que relató la denunciante y ninguna otra explicación pueden tener las mismas sino que fueron producidas a través de un «agarrón» del brazo, de tal contundencia que el agresor llegó a marcar las uñas en el mismo».

Ese mismo día, a las 21.43 horas la agente tuvo que volver al centro de salud porque se encontraba mal. Según el informe, presentaba «dolor en hombro derecho, contractura de trapecio derecho, SD manguito de los rotadores». No solo sufrió un agarrón, sino también «algún tipo de acción sobre el brazo, como tirón o forzamiento», recoge el auto.

El concejal del PP negó los hechos durante el juicio celebrado el pasado septiembre. Estaba en el palco y al ver que sacaban a un conocido suyo bajó para ver qué ocurría. Según él solo habló con la funcionaria; eso sí reconoció que dijo que ella no era autoridad, solo un agente de orden público al servicio de la autoridad competente. Para él la autoridad en los toros era el presidente y el delegado gubernativo.

«Ninguna justificación tenía su intervención más allá de cuestionar la labor de los agentes, y querer intervenir en favor de un espectador, al que conocía previamente, y veía que iba a ser sancionado», continúa la magistrada. Añade que el acusado tenía el propósito de interferir en su labor, que no los consideraba legitimados para actuar, «bien por desconocimiento, o bien por entender que su función como concejal le atribuía un plus para cuestionar la actuación».

Frente a su testimonio, la juez da total credibilidad a la declaración de la agente, representada por la abogada Silvia Domínguez del bufete SDG Abogados y miembro de la asociación de guardias civiles IGC, que la ha apoyado desde el principio. La misma credibilidad otorga a las manifestaciones de su compañero. Uno de los testigos, la persona que controlaba el acceso a la plaza, declaró que el concejal estaba «envalentonado, calentito, venía de fiesta, con dos cervezas o tres». A su juicio, con su actitud, estaba quitando autoridad a la funcionaria.

Un tercer agente, el que ejercía en ese momento como delegado gubernativo, que conocía al concejal ofreció «un testimonio vago que no perjudicara al acusado». Negó haber visto contacto físico, pero aun así se llevó al edil del lugar y lo metió de nuevo en la plaza. «Haz el favor, que no es el momento», lo reconvino. Contó que lo hizo para evitar males mayores.

Otras testificales fueron «claramente parciales y guiadas por la amistad y relación con el acusado». Aun así, insuficientes, dice la magistrada, frente al relato de los dos agentes y el informe médico forense. La sentencia condena al edil a 18 meses de prisión, nueve por el delito de atentado a agente de la autoridad (se le aplica la atenuante de dilaciones indebidas debido a los cuatro años transcurridos) y otros nueve por el delito de lesiones. Además tendrá que indemnizar a la guardia civilcon 19.487 euros y a su compañero con 350. El fiscal había pedido diez meses por cada uno de los delitos y 22.220 euros de indemnización, tras modificar sus conclusiones finales al establecer el último informe forense que las lesiones tardaron en curar 150 días.

Cuando ocurrieron los hechos, el PP de Segovia pidió «prudencia». El secretario del partido en la provincia, Miguel Ángel de Vicente, señaló que era «una cuestión que está clara por la divergencia en los relatos».