«Las casas temblaron como en un terremoto»: la angustia de los vecinos del laboratorio de droga que estalló en Alicante
Varios damnificados por la deflagración química que reventó cristales, puertas y cañerías en sus viviendas se alojan en hoteles y acogidos por familiares sin olvidar el susto
Una explosión química en una casa donde se elaboraba droga causa un muerto y un herido muy grave en Alicante
ALICANTE
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Iniciar sesión«Una explosión tremenda, que temblaron las casas como en un terremoto». El nítido recuerdo de Belén, una vecina de una vivienda próxima a la explosión química que el domingo mató a un hombre y dejó en estado crítico a otro, ... herido grave con un 80% de quemaduras en su cuerpo, da una idea del susto que se llevaron los residentes en esta calle de la ciudad de Alicante. ¿El origen? Un laboratorio clandestino de estupefacientes.
La sacudida ha arrancado de cuajo puertas, pulverizado cristales exteriores e interiores -hasta los plafones de la iluminación- lanzado por los aires macetas y reventado cañerías, por lo que algunos están sin agua y no pueden regresar a sus hogares.
Todavía al día siguiente, queda en el aire un olor pegajoso y molesto, a sustancias químicas, por lo que la Policía Local aconseja no permanecer mucho tiempo en la zona, sobre todo, en interiores.
«Estaban mis hijos en la vivienda, a nosotros nos ha afectado porque ha arrancado la puerta del marco, la del garaje está completamente doblada y tenemos grietas en el techo de la buhardilla», describe a modo de balance de daños Enrique, todavía con incredulidad acerca de lo que se cocía -casi en sentido literal- al lado de su casa.
«Resulta sorprendente que todavía haya gente capaz de hacer algo así en una zona residencial y ayer por la tarde, domingo, estaba todo el mundo en casa, gracias que no ha habido ninguna desgracia personal», comenta, tras conocerse que había «un pequeño laboratorio, o grande, de drogas».
Acerca de los instantes justo después de la deflagración, recuerda: «Oyeron chillar a la persona que murió después, por lo visto, completamente quemado, unos gritos desesperados, y uno que salió a la calle».
Se trata de «dos personas bastante corpulentas, que llevan viviendo allí desde mayo, suelen tener un coche Mercedes aparcado en la puerta y no les veíamos salir mucho», relata, acerca de las dos víctimas.
«Al propietario lo conozco y seguro que no se imaginaría que se lo alquilaban para algo así», añade. Ahora, a Enrique y su familia les queda resolver el problema causado en su hogar: «Es inhabitable, no podemos vivir aquí, no tenemos agua, ha reventado todas las cañerías».
Su vecina Belén llegó a ver al herido grave antes de que lo asistiera el SAMU. «Escuchamos una explosión que, de momento, no sabes lo que está pasando, si es debajo de tu casa, si es un terremoto», fue su primera impresión.
«Nos decían 'salid, salid' y vimos todo el humo y a un hombre que vino hasta aquí sangrando, con los guantes puestos y con la piel colgando, un hombre muy grande, gritando como rabioso, supongo que de dolor también, pero parecía con rabia», rememora.
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«Una vecina que es enfermera sacó unas toallas mojadas para ponérselas encima, pero incluso ni se dejaba ayudar tampoco, hasta que se lo llevaron gritando en la ambulancia los del SAMU», detalla, sobre una reacción incomprensible cuando otros te auxilian.
Nada más salir a la calle, este hombre gravemente herido había alertado ya a otro residente, Juan, de que había gente dentro de la casa. Su compañero ya estaba muerto, cuando lo encontraron los bomberos poco después.
En el caso de Belén, tampoco puede ocupar su vivienda de momento. «Nos fuimos ayer a un hotel, no hay agua, está el cristal como metralla, no podemos entrar», lamenta.
En total, al parecer hay daños en 14 viviendas próximas, todos bungalós, donde entró el humo y se sintió el temblor, así como en coches y motos. Algunos se han alojado en casa de familiares, mientras se realizan los trabajos de reparación necesarios para que todo quede en condiciones de nuevo.
La Policía Nacional investiga este laboratorio clandestino oculto en el sótano, donde almacenaban pentanol, un alcohol peligroso del que quedaba otro depósito con unos 200 litros, lo que obligó a montar un dispositivo de seguridad por si se producía otra explosión.
El herido se encuentra en la unidad especial de quemados de La Fe de Valencia, custodiado, mientras continúan las pesquisas.
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