Testimonios de la tragedia en el Medusa Festival: «Nuestras vidas han estado en juego»
«Se formó un vendaval que quemaba del calor», relata a ABC un asistente al evento al ver cómo caían sobre sus cabezas trombas de agua y viento mientras veían volar fragmentos del escenario
Al menos un muerto y decenas de heridos al derrumbarse parte del escenario del Medusa Festival de Cullera (Valencia)
J. L. FERNÁNDEZ / D. MAROTO
VALENCIA
La triste experiencia del público en el esperado Medusa Festival de Cullera (Valencia) en esta edición de 2022 difícilmente podrán olvidarla, con un joven de 22 años muerto y 40 heridos tras desplomarse parte del escenario por un temporal de fuertes ... rachas de viento. Algunos de estos impresionados espectadores han relatado a ABC cómo vivieron desconcertados y presas del pánico esos segundos fatídicos.
«Yo estaba en la parte derecha del recinto del escenario principal junto con una amiga. Había finalizado un artista y a los 30 segundos de la siguiente actuación hemos visto cómo comenzaba a hacer muchísimo viento, junto con mucha arena y gotas de agua muy fría», narra Jesus Ferri.
A continuación, llegaron las dificultades: «El viento no nos dejaba ver y nos echaba hacia atrás con fuerza. Yo soy corpulento y aún así me costaba poder avanzar. A los segundos me he girado y detrás mía habían decenas de vallas volcadas, varios trozos de papel de decoración volando y toda la gente sumida en el caos».
Por fortuna, la intervención de los servicios de emergencias ha sido inmediata. «A los pocos instantes, han comenzado a entrar ambulancias y coches de policía. No hacía presagiar nada bueno. Nos han evacuado hacia las salidas de emergencia y nos han obligado a abandonar los recintos principales ya que todas las estructuras corrían peligro», recuerda, según las instrucciones que les dieron en esos momentos de peligro.
En su caso, Jesús y sus acompañantes han tenido suerte, por su ubicación. «Nosotros, como teníamos el coche en zona de prensa, hemos podido salir rápidamente, pero hay mucha gente que ha tenido que esperar muchos minutos porque se formaban colas en las salidas», concluye.
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— miguel angel (@mangeeel_g) August 13, 2022
Su hermano añade más detalles al relato: «Yo estaba en la parte de detrás del escenario principal donde habíamos visto cómo el DJ que actuaba en ese momento subía al escenario. De repente, y sin esperarlo, empezó a caer agua y mucho viento formando una gran nube de polvo que apenas dejaba ver ni avanzar».
En estas situaciones, también aflora la solidaridad en los gestos con los que están cerca, con problemas. «Todo sonaba a nuestro alrededor. Estábamos a pocos metros de la parte de atrás y todos los hierros y metales que componen el Main Stage parecían que se iba a venir abajo. En mi intento de avanzar, y mientras la gente se escondía como podía, ayudé a un cámara que no podía continuar en el camino debido a las grandes rachas de viento que soplaban. Agarré al chico como pude de su mochila y lo empujé al lateral más alejado del escenario con el fin de que pudiera protegerse», recuerda este joven, cuando vio un profesional en apuros al ir cargado.
«Al cabo de dos minutos todo comenzó a despejarse pero el caos ya había llegado Todo quedó paralizado y en ese momento intenté entrar con la gente para buscar a mis amigos y compañeros dentro del recinto y asegurándome de que estaban bien», recuerda, con el impacto psicológico propio de una experiencia así: «Ha sido uno de los momentos más intensos de mi vida. Algo totalmente inesperado y más viendo el resultado final de lo acontecido. Nuestras vidas han estado en juego ahí y solo la suerte ha querido que estuviéramos bien».
Para otro espectador del festival, Miguel Lara, «fue una experiencia surealista, de un momento a otro se formó un vendaval que quemaba del calor y toda la música del festival se apagó». Finalmente, lo que se presentaba como un fin de semana de felicidad, en el evento musical más multitudinario desde antes de la pandemia en España, con 320.000 asistentes, esperado desde hace tres años, se convirtió en una pesadilla y una decepción. «Fuimos hacia las salidas del festival porque es como si todo el mundo supiera que no iba a continuar. Se escuchaban ambulancias, policías...», concluye Miguel.
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