La reforma electoral que negocia Ximo Puig vulnera el código de buenas prácticas de la UE

Sin embargo, las instituciones comunitarias son claras al respecto: cambiar las reglas del juego minutos antes del partido no es de recibo. Es la conclusión que se extrae del 'Código de buenas prácticas en materia electoral' publicado en 2002 por la Comisión de Venecia, el órgano consultivo del Consejo de Europa en materia constitucional, que brinda asesoramiento jurídico a los Estados miembros.

«Los elementos fundamentales del derecho electoral y, en particular, el sistema electoral propiamente dicho, la composición de las comisiones electorales y el trazado de las circunscripciones no deberían ser modificables menos de un año antes de una elección, o deberían estar plasmados en la constitución o en un nivel superior al de la ley ordinaria», señala.

«Lo que se debe evitar no es tanto la modificación del sistema de votación, ya que éste siempre puede ser mejorado, sino la revisión de ese sistema frecuentemente, o incluso poco antes (menos de un año) de la fecha de las elecciones. Aún si no hubiera voluntad de manipulación, los cambios darán la impresión de que están dictados por intereses partidistas coyunturales», incide el documento.

Distintas fuentes consultadas por ABC apuntan a la casi nula probabilidad de que salga adelante la reforma electoral valenciana pese a que las negociaciones, tanto a izquierda como a derecha del tablero político, continúan en marcha. El motivo fundamental es que los números siguen sin dar. Pese a que los trece diputados de Ciudadanos han acordado una posición conjunta favorable a modificar la ley tras años de oposición, la reforma necesita de una mayoría cualificada de dos tercios de las Cortes Valencianas: 66 de los 99 escaños.

Los votos naranjas y los del bloque progresista suman 65. El decisivo no está ni en el PP ni en Vox, sino en el grupo de no adscritos formado por cinco tránsfugas de Ciudadanos y una sexta del partido de Santiago Abascal. Tres de ellos ya han manifestado públicamente que no apoyarán esta iniciativa. Algunas fuentes señalan que el resto tampoco estarían dispuestos a dar oxígeno a la izquierda, pero mantienen la incógnita a la espera de que PP o Vox les hagan hueco de cara al 28 de mayo.

El otro factor en contra es el plazo. Tras años de disputas, los distintos grupos pudieron presentar en su día las enmiendas que consideraron a la última propuesta lanzada por el Gobierno del Botànic en octubre de 2020. Pero en lo que resta de legislatura solo quedan dos plenos de las Cortes, uno la próxima semana –sin incluir este punto en el orden del día– y otro en marzo.

Respecto a la polémica reforma, el líder del PP valenciano, Carlos Mazón, criticó ayer que estos «líos internos» son una «pérdida de tiempo absoluta». «Bastante tiene la gente», aseveró, como para que «los políticos estén viendo cómo de grandes son las posibilidades de sentarse en un sillón».