De hecho, la madrugada del sábado 29 de octubre al domingo 30 de octubre los relojes se atrasarán una hora, de tal forma que a las tres serán las dos.
El horario de invierno se mantendrá hasta el último fin de semana de marzo de 2023 a pesar de sus detractores. Al respecto, la iniciativa parlamentaria de Compromís recuerda que «la Comisión Europea presentó una propuesta para dejar de realizar estos cambios en el verano de 2018. En un primer momento se acordó que en marzo de ese año se llevaría a cabo el último cambio de hora, pero el Parlamento Europeo decidió retrasar la decisión hasta el año 2021».
Sin embargo, los plazos no se ha cumplido y la madrugada del próximo 29 de octubre se repetirá la liturgia del cambio de hora de invierno: a las tres pasarán a ser las dos.
En las Cortes Valencianas el controvertido asunto del cambio de hora se ha tratado en la «Comisión especial de estudio sobre los usos del tiempo para impulsar políticas concretas de racionalización de los horarios». Los estudio elaborados en esta comisión dejaron patentes las problemáticas que se producen en España a consecuencia del uso horario en el que nos encontramos, los cambios de horario y la cultura de usos del tiempo que se deriva de esto.
Efectos para la salud y crisis energética
Más allá de que «el cambio de hora que hacemos dos veces al año afecta a la salud y la vida cotidiana de la gente», para Compromís «es necesario actualizar los estudios económicos en relación con el posible ahorro energético del cambio de hora, que se han quedado desfasados teniendo en cuenta la actual situación de crisis energética y las medidas de ahorro que se están aplicando».
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