El doble discurso

La Comunidad Valenciana seguirá siendo, de largo, la peor financiada de España. Si nos situamos en el 22 de abril nos encontraremos con un belicoso Baldoví ante la prensa que amenazaba con revisar su apoyo al gobierno en las votaciones decisivas. Decía el diputado Baldoví: «La lealtad debe ser recíproca, y desde Compromís siempre hemos sido leales a este gobierno».

Y remataba: «Es escandaloso y, lo peor, previsible, la facilidad que tienen PSOE y PP para ponerse de acuerdo en perjudicar, una vez más, a la ciudadanía valenciana aplazando la reforma de un sistema de financiación que lleva más de ocho años caducado ».

Con estos antecedentes algún incrédulo debía pensar que a la primera que pudiese, en la siguiente votación decisiva para el gobierno de España, Compromís se haría notar en el Congreso. El día fue este jueves, en mitad del ¿escándalo? Pegasus y el espionaje a los independentistas , el Ejecutivo de Sánchez se enfrentaba a una de las votaciones más decisivas de la legislatura: aprobar el decreto anticrisis con un importante paquete de ayudas.

Compromís después de tanto cacareo y ruído votó sí, como ha hecho en todas y cada una de las votaciones de la legislatura, en las importantes, en las trascendentes y las menores, en todas. Da igual cómo nos diga el gobierno que no habrá modelo de financiación. Primero porque no, luego por la pandemia, posteriormente por la crisis, ahora Ucrania, entre medias con portazo incluido de la ministra de Hacienda a la 'Plataforma per un finaçament just', aunque estos últimos den más risa que vergüenza cuando se ponen a reivindicar. Siempre hay un buen motivo para que el Gobierno ningunee a la Comunidad Valenciana, como siempre, con el inestimable apoyo de Compromís.