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Robyn Hitchcock: «Los problemas de ahora son muy complejos para meterlos en una canción»
marta moreira
La última edición del Festival Internacional de Benicàssim acertó al integrar en el mismo cartel a Bob Dylan y a uno de sus más brillantes seguidores al otro lado del Atlántico: el carismático, excéntrico e irrepetible Robyn Hitchcock. El que fuera líder de la mítica ... banda de rock de finales de los setenta The Soft Boys mostró ante una audiencia formada por decenas de miles de adolescentes el enorme caudal de estribillos y joyas melódicas que pueblan su repertorio, a caballo entre el estilo «crooner» de Dylan y las derivas surrealistas de Syd Barret. En esta entrevista puede encontrar pruebas de ambas facetas.
- ¿Enfoca sus conciertos de forma distinta cuando actúa delante de un público tan joven como el del FIB?
-Sí, intento sonar más alto y más fuerte cuando toco con una banda detrás como ahora (con Venus 3), ante personas jóvenes y con tantos otros artistas en cartel.
- Comenzó su carrera en un momento en el que el rock y el punk eran, entre otras cosas, un canal para demostrar la disconformidad de los jóvenes ante las injusticias sociales y económicas de su tiempo. Ahora que las cosas están incluso peor, ¿piensa que los grupos de música actuales deberían ser más críticos?
-La música necesita ser tan celebratoria como de protesta. Quizás los problemas económicos y sociales actuales sean demasiado complejos para resumirlos en una canción. Es como tratar de meter un elefante en un mini. Además, el rock tiende hacia la auto-absorción. ¡Mire a Dylan! Supongo que a veces las canciones reflejan el mundo en el que están, y a veces lo evitan.
- Alguno de sus discos se venden en MP3 a través de su web. ¿Siente nostalgia por la muerte de la música analógica?
-Todo se encoge y después desaparece: el dinero, la música, el apetito, el deseo... quizás llegará una supernova antes del final ¿O quizás todo se achicha y luego aparece en algún otro lugar? Los LP probablemente sobrevivirán al formato en CD, pero ambos son piezas de museo. El rock and roll es un juego de viejos ahora mismo.
- ¿Cómo han cambiado los formatos digitales nuestra manera de entender y disfrutar la música?
-Haciendo que todo esté disponible a cambio de nada. Lo positivo es que puedes escuchar lo que quieras cuando quieras gratis o muy barato. Lo malo es que pierdes el respeto por esa música, precisamente por lo accesible que es -tan solo trepa hasta tus oídos y te susurra-. Mientras tanto, los artistas ganan menos y menos dinero. No estoy enfadado, solo cansado.La gente enfadada no tiene amigos.
- Pensando en todas las canciones que componen su carrera, ¿de cuáles se siente más orgulloso?
-Mis favoritas son las más soñadoras, en clave de Sol. Las canciones a veces saben cosas que el autor desconoce todavía: pueden ver más allá del camino. A veces, cuando canto un tema antiguo, me pregunto: ¿Cómo sabía esto? ¿Por qué no me escuché a mí mismo? Las mejores son partes de tiempo embotellado que puedes abrir y volver a saborear. Otras no envejecen tan bien...
-Hace no mucho tiempo hizo un viaje a la Antártida junto a otros artistas ¿Qué extrajo de esa experiencia?
-Fue tan impresionante que tuve que mantenerme en una posición de negación hasta que pude procesar lo que estaba ocurriendo ante mis ojos.Vimos mucho hielo, en la tierra y en el agua, moviéndose a lugares donde no debería moverse. En mi web se puede escuchar y descargar gratuitamente una canción que escribí con KT Tunstall mientras estaba allí arriba, se llama «There Goes The Ice» («Por ahí va el hielo»).
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