De pijos, grezzis y rufianes

Se han manifestado unos pocos españoles a voz en grito y cacerola en mano en el madrileño barrio de Salamanca y el pequeño Marlaska ha enviado guardias a porrillo, dos por manifestante por lo menos. Muchos nervios son esos para tanto despliegue . Todo para que nadie le diga nada a Sánchez. Dimisión.

En esas que al Rufián de tan apropiado apellido, le da por hacer de mamporrero del poder y moteja de pijos a los protestantes salamantinos. Nunca debiste hacerlo, esquerroso, porque has destapado la caja de Pandora desde la que han ido saliendo uno tras otra, bastantes, pero no todos, nombres de inquilinos del pijobarrio: Iván Redondo, Felipe González, Margarita Robles, Matilde Fernández, Cristina Alberdi, Magdalena Valerio, José Manuel Freire, José Bono, Jorge Verstryinge, Toni Ferrer, Ramón Espinar, María Llanos, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, Lilith Verstrynge… y para más coña del didáctico video el propio Echenique.

Pablo Echenique Robba defraudador en su día de la Seguridad Social (razón por la que en un país que no sea su Argentina natal o España habría quedado inhabilitado para hacer política , pero eso en Podemos se consiente). A Echenique, además de defraudar a la Seguridad Social y pagar en negro a su asistente, se le recuerda también por hacer obras sin permiso municipal en el piso en que vivía alquilado y que le pagaba Podemos… ubicado en el mismísimo barrio de Salamanca.

Por si no fuese bastante su reiterada burla de la ley, Echenique aprovecha la protesta para tuitear y motejar a los manifestantes como cayetanos, que convengamos es apodo de alguna ocurrencia. Puestos a premiar alguna originalidad el neologismo de fraudillo dedicado a Sánchez gana por varios cuerpos de ventaja. Creo que se debe atribuir al ciudadano Girauta, que dejó arrimado a su ex partido, el tuit en el que da cuenta del tratamiento futuro que sugiere para  Pedro Sánchez: «Federalísimo Tranco, Fraudillo de España por la Mafia de dos».

En nuestra tierra valenciana tampoco vamos escasos de majaderos de toda laya. Al caótico Grezzi a quien el alcalde Ribó sigue riéndole sus gracias y consintiéndole sus calamidades, se le ha ocurrido endilgar a la ciudad de Valencia unas piezas de alcantarilla elevadas por un brutal sobreprecio a la condición de maceteros de diseño . Cierto es que en cualquier de ellos se podría encontrar más sustancia gris que en toda la napolitana sesera de Giuseppe Grezzi.

Y convendrá no olvidarse del castellonense Carlos Mulet, senador y portavoz de Compromís que cada vez que habla o pregunta en la cámara alta mete en un compromís a los suyos , pero en cambio puede llegar a provocar el regocijo de muchos cuando detectan su elevado nivel de ignorancia y contrastada estulticia. ¿Acaso no lo demostró cuando guiado por una de sus fobias preferidas y enciclopédico desconocimiento se dirigió al alcalde de Alicante blandiendo la ley de memoria histórica urgiéndole la retirada del nombre de Franco del nomenclátor callejero alicantino?

Con no poca ironía respondió el alcalde Luis Barcala haciéndole ver al nulo de Mulet que el franco al que pretendía descallejear fue el nombre de la moneda oficial de la vecina Francia hasta que cambió por el euro y que seguirá teniendo su calle en la capital alicantina como otras monedas históricas tienen la suya.

A falta iniciativas y propuestas senatoriales de mayor enjundia y provecho para la Comunidad Valenciana que lo tiene representante, Mulet es muy dado a plantear asuntos ajenos y alejados con tal de ejercer de metomentodo , que es lo suyo. Pues no se ido hasta Cáceres para promover el derribo de una cruz que se levanta en una de sus plazas.

De pijos, grezzis y rufianes, libéranos Dómine.