Diez negritos en À Punt

Obviamente, ni en las mismas condiciones ni con los mismos resultados, un proceso de descarte es el que se ha llevado a cabo para elegir entre las diez candidaturas a presidir À Punt. Y no creo que los eliminados estén muy satisfechos con el procedimiento elegido. Antes que nada, cabría recordar que la situación de À Punt no es nada halagüeña, con unos índices de audiencia e ingresos publicitarios muy bajos.

A esto, hay que añadir las fricciones entre la todavía directora, Empar Marco , y los miembros del Consejo Rector. Tras la experiencia de los últimos años, era evidente que la elección de un buen perfil para ocupar el puesto de director general iba a generar controversia. Pero lo más llamativo es que, finalmente, el Consejo Rector se haya quedado solo con dos nombres, cuando, inicialmente, iban a ser tres.

El Consejo asegura que no ha sido por el afán de trabajar menos, sino para garantizar la confidencialidad de las personas que se habían presentado. Un absurdo, puesto que los nombres y currículums de todos los candidatos se conocieron al poco de presentar sus candidaturas. A mí, personalmente, la mayoría me parecieron competentes y con experiencia profesional considerable como para poder optar al puesto con garantías.

El hecho de que, al final, solo hayan quedado dos quizá sea porque en el Consejo Rector son fans de Agatha Christie o quizá, lo más probable, porque los dos bendecidos son muy cercanos al PSPV . No dudo, en ningún momento, de la capacidad de dichos candidatos, pero es inevitable que me sorprenda el descarte de otros currículums, suficientes, al menos, para pasar a la selección final.

Y, como en los ‘Diez Negritos’ de Agatha Christie, donde ‘no quedó ninguno”, algo así podría ocurrir en À Punt, si, por ejemplo, Compromís finalmente no apoyara a ninguno de los dos candidatos, permitiendo de esta manera que Marco, mucho más cercana a los nacionalistas, continuara al frente de la cadena.

Por cierto, que, si todo este lío no fuera suficiente, todavía está pendiente la más que probable sustitución del presidente el Consejo Rector, Enrique Soriano , que requiere el apoyo de alguno de los grupos de la oposición. Lamentablemente, me quedo con la sensación de que, una vez más, las cosas se siguen haciendo mal en À Punt y que, ante la oportunidad de coger impulso y aprovechar la valía de todos los profesionales que trabajan en el medio y de la experiencia de quienes han optado a presidirlo, el tripartito prefiere seguir jugando a hacer trampas al solitario.