«Los campos de limones de la comarca de la Vega Baja ofrecen un panorama dantesco, donde los agricultores están arrancando el fruto y tirándolo al suelo porque no tiene precio y, a su vez, necesitan quitar el cítrico del árbol para que este pueda brotar para la siguiente cosecha», ha retratado José Vicente Andreu , vicepresidente de esta organización agraria y productor de cítricos.
Ayudas y rebajas fiscales
Ante esta situación, reclaman a la Generalitat que, al igual que ha aprobado ayudas para la restauración por su cierre, también destine fondos directos o una compensación vía beneficios fiscales para los sectores que se ven afectados por este mismo motivo, en este caso los agricultores que están teniendo problemas para comercializar su producto como consecuencia de la caída del canal HORECA .
Desde mediados de noviembre, empezaron a paralizarse las operaciones de compraventa de limón a causa de los continuos confinamientos de la población para tratar de contener el avance del Covid-19.
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«Pero, sin duda, la estocada final a la campaña de la variedad Fino ha llegado con el cierre de la restauración en muchas partes de España y Europa, que ha terminado de hundir por completo las operaciones», y también que los pocos contratos de pedidos se ofrezcan por debajo de los costes de producción. Se vulnera así la Ley de la Cadena Alimentaria y el Decreto 5/2020 del Ministerio de Agricultura, precisan desde ASAJA.
Los agricultores se enfrentan a pérdidas millonarias aún por cuantificar, que pueden ser dramáticas para un sector que ha sido el 'salvavidas' de la balanza económica total del agro alicantino durante el año de la DANA (2019) y durante el año COVID (2020).
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