Cocaína adulterada por los genitales: el modus operandi del presunto asesino de Marta Calvo con sus víctimas

Los dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Valencia que han comparecido durante la vista han coincidido en señalar, a la vista del relato de las víctimas, que el efecto narcótico que esta droga producía en las mujeres prostituidas no se corresponde con la euforia que genera en quien la consume habitualmente.

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Por tanto, han concluido que posiblemente estuvieron expuestas a otro tóxico. «Desconocemos qué sustancia había en ese producto que se administraba», ha matizado uno de ellos, que ha calificado la cocaína adulterada como «mucho más peligrosa».

En ese sentido, han puesto el foco en que esta droga es soluble en el agua, pero, sin embargo, aguantó durante horas en un sitio húmedo como la vagina, por lo que creen que había algo que la apelmazaba y convertía el polvo en roca. El cadáver de Lady Marcela , por ejemplo, presentaba una dosis de cocaína en sangre –9,31 miligramos por litro– muy por encima de lo que se considera letal –entre 0,25 y 5–.

El cuerpo de Marta Calvo , la joven de 25 años desaparecida desde el 7 de noviembre de 2019, todavía no ha sido hallado. El procesado se entregó a la Guardia Civil y confesó que la había descuartizado y distribuido sus restos por contenedores. Fue precisamente el impacto mediático por este caso lo que permitió destapar un reguero de hechos similares imputados al mismo hombre.

Las víctimas reconocieron su rostro en los medios o, incluso, la fachada de la casa de la localidad valenciana de Manuel en la que murió Calvo. Durante la sesión de este martes, el jefe de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia ha confirmado que el modus operandi de Jorge Palma coincide durante quince meses de horror. Contactaba por Whatsapp con chicas que anunciaban sus servicios sexuales en webs para realizar «fiestas blancas» utilizando una «cantidad importante de cocaína».

De hecho, tenía que sostenerla «con las dos manos» y se mostraba «muy tozudo» con aquellas que preferían no consumir. Cinco de los ocho relatos también coinciden, ha señalado el responsable de la investigación, con la realización de masajes en los que introducía cocaína de alta pureza en los genitales y provocaba estados de somnolencia e incluso la pérdida de conciencia.

Asimismo, al menos en tres ocasiones, aquellas que accedieron a beber una copa animadas por Palma, dijeron haber entrado en «sueños profundos» y desconocen el tiempo que estuvieron en esa situación. En un principio, las mujeres eran reacias a denunciar por su condición de trabajadoras sexuales, pero creyeron importante hacerlo para evitar más agresiones.

El jurado ha escuchado también el demoledor testimonio de una de las supervivientes , que ratificó punto por punto este patrón. «Es un monstruo» , ha aseverado. «Me ha arruinado la vida, no puedo tener pareja, tengo miedo y pánico a los hombres», ha explicado entre sollozos, al recordar cómo, tras sentirse indispuesta mientras mantenía relaciones con el procesado en junio de 2018, «empezaron a salir rocas de coca» –cinco o seis– de su vagina.

La Fiscalía pide 130 años de cárcel para Palma, mientras las acusaciones solicitan la prisión permanente revisable . Su defensa exige la libre absolución. Según el calendario inicial, los nueve miembros del jurado no se retirarán a deliberar hasta el 14 de julio. Antes, el día 6, será el turno para declarar del acusado.