Cadena perpetua

No merecen nada más. No pueden vivir en la misma sociedad, en las mismas ciudades, que el resto de personas. No merecen pasear por una playa, ni ir a un espectáculo, no se merecen disfrutar de los pequeños placeres que da la vida a las personas sencillas, porque nunca terminarán de pagar su deuda. Estarán mientras vivan en permanente débito con la sociedad y sobre todo con las familias de sus víctimas, esas a las que han destrozado sus vidas para siempre. Algunos de los citados anteriormente (Miquel Ricart) disfrutan incluso de la libertad, no es justo cuando él arrebató con la mayor crueldad posible la vida de Miriam, Toñi y Desireé .

Más triste casi que saber que Ricart goza hoy de los mismos derechos que cualquiera de nosotros es escuchar el posicionamiento de partidos con sentido de estado, ya no sé si común como el PSOE. Si todo lo que puede aportar es la sarta de bobadas que ayer dijo en el Congreso su portavoz de Justicia Juan Carlos Campo quejándose literalmente de que la sesión tuviera «sabor a ira, a rabia, a sed de venganza» por la muerte de Gabriel o que las familias de las víctimas estaban siendo manipulados por el Partido Popular te hace ver que el problema comienza “arriba” y tiene difícil solución. Resumiendo, un partido (PSOE) acusa a otro (PP) de buscar rédito político con unos padres a los que les acaban de secuestrar y matar a un niño de ocho años. Tan patético, como indigno.

Tim Robbins a Morgan Freeman en una escena de una excelente película le dice “La esperanza es una cosa buena, y las cosas buenas nunca mueren”. La película se titula «Cadena Perpetua» , que es lo que merecen aquellos que de forma gratuita hacen tanto daño. Y yo tengo la esperanza de que algún día se haga justicia con estos indeseables. Malditos!!!