Dolores Delgado, ministra reprobada, candidata del PSOE, pareja de Garzón y comensal de Villarejo
Su posible designación al frente de la nueva Fiscalía de Memoria Democrática ha levantando recelos entre la carrera judicial
El fiscal general se enfrenta a una sanción grave si no se abstiene y coloca a Delgado en Memoria Democrática
La Asociación de Fiscales pide la dimisión de García Ortiz por el dedazo a favor de Delgado
La polémica vuelve a sobrevolar la figura de Dolores Delgado. El posible nombramiento de la exministra de Justicia y ex fiscal general del Estado como futura fiscal de Memoria Democrática ha levantado recelos entre la carrera judicial, quienes no ven con buenos ojos el adelanto del Consejo Fiscal realizado por Álvaro García Ortiz.
La reunión estaba prevista inicialmente para el 19 de junio, pero fue adelantada por la Fiscalía General del Estado a este jueves 8. El cambio de fecha ha provocado que la Asociación de Fiscales pida directamente la dimisión de García Ortiz. En un comunicado aseguran que «ningún fiscal general había anticipado, con burda maniobra, un Consejo Fiscal ya convocado, solo para hacer unos nombramientos», entre los que se encuentra el de Dolores Delgado como nueva fiscal de Memoria Democrática. Estas son las cinco razones por las que la designación sería inconveniente:
Fue ministra de Justicia
Dolores Delgado aterrizó en el Ministerio de Justicia en 2018, cuando fue designada por Pedro Sánchez durante su primer Gobierno tras la moción de censura contra Mariano Rajoy. Desde entonces hasta enero de 2020 ocupó el puesto de ministra, que compatibilizó con el escaño de diputada socialista tras las elecciones del 10 de noviembre de 2019. Tras su salida del Gobierno, en febrero de 2020 fue nombrada fiscal general, una designación inédita y también controvertida en su momento dada su vinculación a los socialistas.
Designaciones recíprocas
Ya al frente de la Fiscalía General del Estado, Delgado designó a Álvaro García Ortiz como fiscal jefe de la Secretaría Técnica, un puesto que lo convirtió en su mano derecha durante su mandato. Además, la exministra en un solo año promovió a la mujer de García Ortiz hasta en dos ocasiones para sendas plazas de libre designación: primero, como adjunta a la Fiscalía de Violencia de Género y luego como fiscal de la Unidad de Apoyo.
En 2022, Dolores Delgado abandonó el cargo en la Fiscalía General por motivos de salud y propuso al Gobierno que su sucesor para el puesto fuese García Ortiz. Ahora, el actual fiscal general del Estado sería el encargado de efectuar el nombramiento de Delgado como fiscal de Memoria Democrática.
Salpicada por el polémico comisario
Es durante su etapa como ministra de Justicia cuando se vincula a Dolores Delgado con José Manuel Villarejo, tras la aparición de su nombre en una de las agendas del comisario. Además se publicaron varios audios grabados durante una comida con el comisario en 2009, año en el que Delgado era fiscal en la Audiencia Nacional.
En aquel encuentro estaban el exmagistrado Baltasar Garzón; el entonces director adjunto operativo (DAO) de la Policía Nacional, Eugenio Pino, y tres mandos policiales adjuntos al DAO de aquella época: Enrique García Castaño, Miguel Ángel Fernández Chico y Gabriel Fuentes. Delgado habló de relaciones sexuales de jueces españoles con menores en un viaje a Colombia y se dirigió despectivamente a la condición sexual de Fernando Grande-Marlaska.
Relación personal con Baltasar Garzón
Otro de los inconvenientes es el posible conflicto de intereses que puede darse entre las funciones de la fiscal y las que desempeña su pareja, el exmagistrado y abogado Baltasar Garzón, un hecho que ha sido denunciado ante la Fiscalía General. Dicha similitud entre las tareas de ambos les ha llevado a que en estos últimos meses hayan coincidido en varias conferencias y actos sobre aspectos relacionados con la Memoria Democrática y las fosas del franquismo, como informó ayer ABC.
En plena precampaña electoral
Además de las razones que rodean en particular a la figura de Dolores Delgado, a nivel general hay que tener en cuenta el contexto en el que se produciría el nombramiento. El adelanto electoral anunciado hace una semana por Pedro Sánchez puede suponer que tras la cita del próximo 23 de junio haya un cambio de gobierno. Sea o no así, García Ortiz cesará igualmente cuando lo haga el Gobierno que lo nombró, de forma que será el próximo Ejecutivo el que tenga que nombrar a un nuevo fiscal general del Estado.
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