Entrevista

Cayetana Álvarez de Toledo: «La amnistía es corrupción, vamos a frenarla y revertirla»

«Es una operación guerracivilista y cainita contra la alternancia política. Nuestro objetivo es que Sánchez sea un paréntesis en nuestra historia»

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Entrevista con la diputada y portavoz adjunta del PP en el Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo Jaime García

Cayetana Álvarez de Toledo (Madrid, 1974) ha vuelto. Cuarenta meses después de su destitución en agosto de 2020 como portavoz del PP en el Congreso, la diputada popular asume ahora un papel clave como representante de su partido en la Comisión Constitucional y ... como escudera de Miguel Tellado en el nuevo equipo del PP para hacer oposición al Gobierno.

Alberto Núñez Feijóo le ha entregado una confianza que Pablo Casado le arrebató, pero el elemento común es que tres largos años después en La Moncloa sigue habitando Pedro Sánchez. En su despacho del Congreso, la diputada recibe a ABC una fría pero soleada mañana de jueves entre festivos. El siguiente punto en su agenda es volar a Buenos Aires para acudir a la toma de posesión de Javier Milei como nuevo presidente de Argentina, un país y un nuevo Gobierno que la entrevistada conoce bien.

De vuelta a España, Álvarez de Toledo cree que la amnistía es la pieza clave de un proceso que empezó con el Gobierno Zapatero y que ahora llega a su punto culminante. Para frenarla señala cuatro diques: además de los jueces y Europa y de comprometerse en su labor de oposición, Álvarez de Toledo hace un llamamiento a la sociedad civil: «Necesitamos militantes de la democracia».

—Vuelve usted a la primera línea. ¿Por qué?

—Porque no me he ido.

—He dicho a la primera línea...

—Hay una una frase muy bonita de Montaigne, que Josep Pla repetía mucho: la vida es ondulante. Y la política todavía más. Así que a veces estás, a veces no estás en primera línea. Pero yo no me he ido nunca. Por tanto, tampoco he podido volver.

—¿Cuál es su prioridad?

—La defensa de la Nación constitucional española.

—¿Está amenazada la Constitución?

—Por supuesto, está amenazada la Constitución y está amenazada la Nación. Hay un proceso de liquidación del orden constitucional y de la España democrática nacida en 1978. Esto es un proceso que empezó hace tiempo, que tuvo algunos hitos la legislatura pasada y que en esta legislatura llega a su momento decisivo, en el que cobra un protagonismo clave la llamada ley de amnistía.

—¿Por qué?

—En primer lugar, es una ley fruto de una transacción corrupta en la que el candidato a presidente compra los votos de un delincuente a cambio del borrado de sus delitos. Eso se llama corrupción. Es comprar tu investidura a cambio de otorgar impunidad. Eso no tiene parangón ni precedente en ningún lugar del mundo.

—En su exposición de motivos citan una decena de casos…

—No hay un solo ejemplo equiparable a la amnistía española.

—Sánchez la acaba de comparar con la del 77.

—No es comparable. Se hizo para facilitar la transición de una dictadura a una democracia. En este caso, la amnistía simplemente sirve para que un oportunista sin escrúpulos que perdió unas elecciones permanezca en el poder. Y, como segundo punto, es una operación cainita y guerracivilista contra la alternancia política en España. Por una parte Sánchez invoca la convivencia y, a renglón seguido, justifica la amnistía en base a la necesidad de levantar un muro contra la otra mitad. En tercer lugar, la amnistía es un ataque frontal al Estado de derecho: con el indulto, el Estado perdona al delincuente y con la amnistía el Estado pide perdón al delincuente. Sánchez obliga al Estado a pedir perdón a quienes ejercieron delitos contra el Estado y contra la democracia. Convierte al golpista en demócrata y a los demócratas en lo que digan los golpistas; es decir, en fachas. Y a su vez, es el inicio de un nuevo proceso.

—Puigdemont y compañía dicen que lo volverán a hacer.

—Ese es el cuarto punto: la ley Amnistía blanquea y legitima el ejercicio del derecho de autodeterminación de 2017, es decir, funda una nueva legalidad que es la de la autodeterminación y por tanto liquida el artículo dos de la Constitución. Es una incitación clara a volverlo a hacer y nos coloca en un limbo. Es una mutación anticonstitucional: desde una España de ciudadanos libres e iguales aun Frankenstein de muñones identitarios enfrentados. Es la implosión española liderada por el Partido Socialista.

—El presidente de la Comisión Constitucional es José Zaragoza, un diputado del PSC que anda lejos de la búsqueda de consensos con el PP.

—Es una declaración de intenciones.

—Zaragoza acaba de decir que hay que reformar la Constitución en lo que tiene que ver con la sucesión a la Jefatura del Estado. ¿Esta es la puerta de atrás? En la anterior legislatura, cuando se habló de estas cuestiones, las enmiendas que presentaba Junts, el PNV, Podemos, Bildu, Esquerra… los socios del Gobierno iban dirigidas a la Jefatura del Estado, a la Monarquía/República, a la inviolabilidad del Rey, etc.

—Un sector en la izquierda y todo el nacionalismo pretenden ganar contra la Corona lo que perdieron contra la Constitución en 2017. Lo que no han entendido es que la Corona y Constitución son indisociables, que Corona y democracia son indisociables. Hay sectores entre la izquierda que sueñan con que las próximas elecciones no se dirima cuál es el futuro gobierno en España, sino cuál es el futuro régimen en España. Es decir, que les gustaría que las próximas elecciones fueran plebiscitarias, no entre derechas o izquierdas, sino entre monarquía o república, porque creen que pueden ganar contra la monarquía. Pero yo digo que Sánchez pasará y Leonor prevalecerá. Felipe VI, y Leonor como su Heredera, es la cúspide del sistema democrático. Son indisociables con la democracia. La izquierda no recuerda que cuando votamos la ley de abdicación del Rey Juan Carlos en el Parlamento, los españoles votamos a Felipe VI y revalidamos el apoyo a la Monarquía constitucional.

—¿Hay marcha atrás con la amnistía?

—Tenemos que frenar el proceso y revertirlo. Frenar y revertir son las dos palabras clave.

—Revertir cuando lleguen al Gobierno, claro.

—Revertir cuando lleguemos al Gobierno, por supuesto, pero llegaremos más pronto de lo que otros desean. Pero frenar y revertir se puede empezar a hacer desde la propia oposición. Sánchez y sus socios pretenden más bien que la España constitucional sea un paréntesis en la larga historia española y que volvamos a los peores tiempos del Frankenstein descosido, del duelo a garrotazos, del desencanto. Y nosotros vamos a trabajar para conseguir que el paréntesis sea Pedro Sánchez. Ese es nuestro objetivo. El paréntesis va a ser él y eso pasa, insisto, por frenar el proceso y por revertirlo. Frenar y revertir.

—La palabra de moda es 'lawfare', que en español significa que los jueces prevarican.

—Todo el concepto de 'lawfare' es una perversa deslegitimación de la justicia, de los tribunales.

—Los magistrados del Tribunal Constitucional tienen una inmensa oportunidad para demostrar su independencia.

—El Tribunal Constitucional tiene aquí una responsabilidad decisiva y hay que ponerles ante su responsabilidad. Tienen que elegir entre Sánchez o la Constitución. Y yo espero que elijan bien de acuerdo con sus obligaciones y con su mandato.

—Eso no está resuelto, claro.

—Yo no puedo dar por hecho nada hasta que no suceda. Mi obligación es colocar a los magistrados del Tribunal Constitucional ante su gravísima responsabilidad en este momento. Y van a tener que elegir entre Sánchez y la Constitución.

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