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Fin de ciclo independentista en la Diada de la fractura y el desencanto

La manifestación, lejos de las grandes marchas del inicio del 'procés', sirvió a la ANC para cargar contra los políticos

La entidad amenaza con impulsar una lista propia en una jornada marcada por los ataques a ERC

Un aspecto de la manifestación de ayer en Barcelona AFP // Vídeo: EP

Fin de ciclo. Una década después de la manifestación de la Diada que dio inició al 'procés', cinco años después del otoño negro de 2017, el independentismo llegó agotado al 11 de septiembre. Agotado y agriado, dividido, quebradas las confianzas entre el secesionismo civil ... y el político, sin un objetivo claro ni estrategia definida. De las sucesivas 'hojas de ruta' que construyeron el 'procés' a un panorama de fractura política y confrontación partidista. Tono bronco, pancartas acusatorias –«Botifler, no te votaré», «Traidores...»–, mal rollo. Lo que llegó a definirse como la 'revolución de las sonrisas', con sus vistosas y masivas manifestaciones, ha dado paso a un movimiento antipático, de reproches cruzados, en el que los discursos antipolíticos han pasado a ser dominantes y en el que el principal partido independendista, ERC, se ha visto expulsado acusado de desviacionismo autonomista. La resaca procesista durará años.

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