El «defensor del pueblo» catalán pidió a un empresario que invitase también a su hija a ver una final en Berlín

Fiscalía pretende que se investigue al Síndic de Greuges después de que dos informes de la Guardia Civil que constan en la causa del 3 % aludieran a que fue una de las personas del ámbito político e instituciones públicas a las que el empresario Jordi Soler, imputado en el caso de las «mordidas» convergentes, invitó a la final de la Liga de Campeones de aquel año.

Ribó, según la Fiscalía, acabó finalmente haciendo ese viaje pagado por Soler; pero no solo fue él , sino que supuestamente pidió al empresario que invitase a su hija. El viaje incluía el alquiler de un avión y una furgoneta para los desplazamientos dentro de la ciudad Berlín, donde se disputaba la final. Tuvo un coste total de 39.900 euros, según uno de los informes de la Guardia Civil.

La Fiscalía considera que la actitud de Rafael Ribó podría enmarcarse en un delito de cohecho pasivo impropio. El artículo 422 del Código Penal sanciona al cargo público que simplemente acepta un regalo entregado en consideración a su disposición. La Audiencia Nacional, por su parte, no considera que el empresario tuviera una motivación diferente para invitarle más allá que «la mera consideración» a la «función o cargo que Ribó desempeñaba». En su auto, el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata insiste en que «no consta la existencia de relaciones de familiaridad o de especial amistad íntima o afecto» de Ribó con Soler. El viaje se hace a cargo de varias empresas de Soler, quien «envía al menos un mensaje mediante el que trata que nadie supiera de él».

Pese a estas consideraciones, la Audiencia Nacional, siguiendo la doctrina del Tribunal Supremo, ha decidido antes de enviar una exposición razonada al TSJC dar la oportunidad a Ribó de personarse en la causa, darle traslado de los informes policiales que le incriminan y ofrecerle declarar como investigado y aportar los documentos que crea conveniente para defenderse. Por su parte, Jordi Soler, deberá declarar como investigado ante la Audiencia el próximo viernes 31 de eneero.

Entre los invitados a aquel viaje también estaba el convergente Ramón Camp, quien tras recibir un correo de Soler con indicaciones para quedar en el Aeropuerto de Barcelona, contestó « introduciendo» a estos dos nuevos invitados , tal y como recoge el intercambio de mensajes hallado por la Guardia Civil en el móvil del empresario.

«El Rafael (Ribó) tiene una entrada proveniente del Barcelo(na) y me pregunta si hay plaza para su hija », decía el mensaje de Camp. «Oki. Ahora ya somos 14 y 14», contestó el empresario, para a continuación, pedirle los datos de los viajeros.

El viaje, que efectivamente se produjo y en el que participaron Ribó y su hija a la luz de la lista de pasajeros facilitada a la Guardia Civil por la compañía aérea, incluía el alquiler de un avión y de una furgoneta para los desplazamientos en Berlín.

De acuerdo a los investigadores, tuvo un coste total de 39.300 euros y se facturó a nombre de Electromecánica Soler, Grup Soler Constructora y Soler Global Service, tres empresas de Jordi Soler bajo la lupa por la sospecha de encubrir mordidas a Convergència a cambio de obra pública.

Soler escribió a un contacto identificado como Josep Antoni Colomer: «Ahora estoy en Berlín. No le digas a nadie. Ya te explicaré. Viaje 'comercial'», decía.