La violenta banda de los narcopisos del Raval pretendía expandirse por la ciudad

La organización tenía una estructura jerárquica con roles muy bien definidos. En la cúspide había cuatro superiores o directivos . Uno de ellos, el de mayor poder, era el Belleza . Planificaban las estrategias de venta. Cuando la semana pasada se precipitó la operación estaban estudiando expandirse a otros distintos de Barcelona ante la presión policial con la que se encontraban en el Raval. Así lo desvelaron los pinchazos a los líderes de la banda, según explicó este lunes en rueda de prensa el intendente Antoni Rodríguez, jefe de la división de investigación criminal de los Mossos. Los cuatro líderes son parte de los 18 detenidos que ya están en prisión por orden del Juzgado de Instrucción 27 de Barcelona. El resto quedaron en libertad con cargos, mientras los Mossos siguen buscando a 17 miembros en paradero desconocido.

Por debajo de los directivos se situaban los jefes de zona . Coordinaban los narcopisos y permanecían atentos a los problemas que podían surgir en su interior. Estaban en contacto continuo con los responsables del narcopiso –los siguientes en el escalafón–, quienes prácticamente no salían de los inmuebles. Hasta este punto de la cadena casi todos los miembros eran de origen dominicano y los roles estaban perfectamente definidos.

A partir de aquí comienzan a aparecer miembros de otras nacionalidades con una estructura más «anárquica», según los investigadores. Son, por ejemplo, los aguadores o punteros , muchos de ellos toxicómanos, que intentan controlar los movimientos de la policía en las calles. También están los llamados correos , encargados de llevar la droga a los narcopisos para venderse allí. «A veces van incluso en patinete eléctrico» , explicó el intendente. Hacían muchos viajes con muy poca cantidad de droga por si eran sorprendidos por la policía. Fue el mayor golpe a los narcopisos pero quedan entre 10 y 15. Otras bandas intentarán ahora hacerse con el mercado. En el Raval se aprovecharon sobre todo de pisos vacíos por la crisis que azotó el barrio, según los investigadores.

La de los narcopisos es solo una parte de las investigaciones contra estas mafias dominicanas que pugnan entre ellas por controlar el territorio. Los Mossos buscan los vínculos con 13 homicidios y media docena de tentativas en el área metropolitana de Barcelona de los últimos años.

Los Mossos estaban preocupados desde que hace algo más de dos años comenzaron a registrarse repuntes de violencia entre bandas dominicanas. Se iniciaron hasta 46 investigaciones, entre ellas, la que acabó con el desmantelamiento de los narcopisos.

Fue así como en enero de este año los Mossos se pusieron sobre la pista de los narcopisos de la mano del Juzgado de Instrucción 27 de Barcelona y los fiscales antidroga de la capita catalana. En concreto, descubrieron un narcopiso en la calle Príncipe de Viana del Raval, que tenía relación sobre todo con otro de la muy cercana calle Sant Antoni Abad. No era un narcopiso cualquiera sino «un espacio de reunión y con un papel estratégico», según los investigadores. Fueron los cimientos del operativo que estalló el pasado 29 de octubre. La investigación continúa abierta.