TRIBUNA POLÍTICA
RECUPERAR LA BARCELONA CÍVICA
ALBERTO FERNÁNDEZ
LA perseverancia del Partido Popular en recuperar la convivencia ciudadana en el espacio público de Barcelona y el civismo en nuestras calles ha logrado que socialistas y convergentes rectifiquen su reticencia a modificar la actual ordenanza, pactada en 2005 por el entonces alcalde Joan Clos ... y Xavier Trias, para prohibir la práctica del nudismo y seminudismo en la vía pública.
Aunque socialistas y nacionalistas parecen recuperar dosis de sentido común ante la proximidad de las elecciones municipales, para el PP siempre es recibida con satisfacción la atención a nuestras reiteradas demandas, aunque sea con la tibieza que ha mostrado el equipo de Gobierno actual, con Jordi Hereu a la cabeza.
La actual Ordenanza de Civismo permite a cualquier ciudadano pasear por las calles de Barcelona totalmente desnudo. He presentado propuestas alternativas para corregir este error. Desde el Grupo Popular no nos ha frenado la habitual negativa del equipo de gobierno a nuestra demanda hasta que, al fin, la cita electoral parece haber suavizado la sensibilidad de quienes confunden tolerancia con incivismo. Este cambio de actitud de Hereu ha vuelto a poner de manifiesto la debilidad del alcalde con sus socios de gobierno, ICV, que se niegan sistemáticamente a prohibir el nudismo en la vía pública de Barcelona.
Pero si realmente tanto Hereu como Trias están por la labor y se suman a nuestra propuesta de recuperar el civismo en las calles de Barcelona no tienen más que apoyar la proposición normativa de adicción presentada por el Grupo Popular en diciembre de 2007. Es sin duda la forma más sensata, rápida y coherente para fomentar la convivencia ciudadana en el espacio público de Barcelona; y para qué quedarse a medias en la regulación del nudismo en nuestra ciudad si el Ayuntamiento ya tiene una propuesta clara, sensata y sin complejos como la nuestra, como la del PP. Que Hereu y Trias no engañen a los barceloneses y si realmente apuestan por desterrar el nudismo de nuestras calles de forma inminente ello no es posible si no se supera la tramitación jurídica que marca el reglamento del Ayuntamiento, algo que ya se ha logrado con la propuesta del Partido Popular.
La sociovergencia municipal —que goza de una excelente salud— vuelve a manifestarse en este mandato, pero con el propósito de una corta regulación que no impediría vaciar de descamisados nuestras calles, como sucede en la práctica mayoría de las capitales europeas.
La modernidad, y en eso estarán de acuerdo barceloneses de todas las ideologías, no está reñida con el decoro, la educación y la urbanidad, al tiempo que las autoridades municipales deberían también ceñirse a razonamientos y argumentos higiénicos para prohibir que alguien pueda pasear desnudo o cubierto sólo con un bañador por las calles de Barcelona.
Vamos a comprobar ahora si Jordi Hereu y Xavier Trias se conforman sólo con una declaración de intenciones o asumen el firme compromiso que defiende desde hace tiempo el Grupo Popular.
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