Cronología del horror: del día a día en Tarrasa al crimen en Punjab

La hipótesis principal es que sus familliares tendieron una «trampa» a las hermanas, a las que engañaron al decirles que su madre, Azra Bibi, se encontraba en el lecho de muerte para obligarlas así a viajar al país asiático, donde acabaron con sus vidas.

Solo unas semanas antes, uno de sus presuntos asesinos, su hermano Asfandyar , llevaba una vida corriente en el municipio barcelonés, tal y como muestran los vídeos que compartía en redes sociales, y que ha podido ver ABC. El 11 de marzo, el joven se grabó saltando a la comba en el gimnasio Shark , del que era asiduo, en el barrio de Sant Pere Nord, el mismo donde residía la familia.

El dueño del establecimiento no los volvió a ver desde ese mes, cuando otro hermano, el de mayor edad, Shehryar , se habría desplazado ya hasta Pakistán, pero Asfandyar siguió compartiendo vídeos desde Tarrasa. En su gran mayoría, en establecimientos de la Rambla de Francesc Macià.

Entre otros, en una peluquería que oferta cortes a 5 euros, y donde posa, ocioso y agitando su melena con un secador. La publicación es del 18 de marzo.

Durante los tres días siguientes, este hermano de las víctimas sigue mostrando imágenes de su rutina en el municipio de Barcelona. Se exhibe fumando, apoyado en un coche aparcado y también trabajando en un colmado de la ciudad, donde muestra a cámara una botella de whisky y billetes que sustrae de la caja registradora.

Va ataviado con pantalones y camisa negra desabotonada, mostrando un collar con una enorme calavera.

La rutina en territorio español desaparece de la red social de Asfandyar el 15 de abril. En esa fecha comparte, con la frase «España contaminada», imágenes en las que se ve como accede al aeropuerto de Barcelona-El Prat con una maleta. Desde allí partió a Pakistán, donde ya se encontrarían tanto su progenitora como Shehryar, sospechoso, además, de ser el inductor del doble asesinato, según apuntó ayer la propia madre, en su declaración telemática ante los Mossos d'Esquadra .

Una declaración que confirmaría la versión del plan urdido para matar a las chicas.

Solo dos días después, Asfandyar comparte imágenes con uno de sus primos, ya en el país asiático, mientras que los vídeos de partidos de voleibol son la tónica habitual del perfil durante el resto del mes, cuando también se graba a él mismo jugando, con frases como «ten éxito ante aquellos que quieren verte fracasar».

No es hasta el 3 de mayo cuando Asfandyar comparte las primeras imágenes junto a su hermano Shehryar . Ambos caminan, acompañados de otros hombres, vestidos con una camisola y pantalones blancos.

Tres días más tarde se puede ver a ambos sentados en el cesped sobre una toalla, ante una bolsa de patatas ya vacía y saludando a la cámara.

Los días de los dos chicos se suceden entre más paseos y partidos de voleibol hasta que, el 15 de mayo, al menos el más joven de los hermanos acude a un mitin de la Liga Musulmana de Pakistán , en la localidad de Kotla Arab Ali Khan, a unos 50 minutos de Gujrat, donde fueron asesinadas Uruj y Anisa.

Allí asistió a un mitin multitudinario . En las imágenes se observa como Asfandyar pasea entre la multitud, sonríe a cámara y está, aparentemente, relajado.

Dos días después –cuando quedan tres más para que maten a las dos jóvenes–, el hermano vuelve a compartir en su perfil de la red social TikTok un vídeo en el que pasea por el campo. Viste ropa oscura, luce melena al viento, gafas de sol y deportivas. En esta publicación aparece solo. Ni rastro de Shehryar, ni del resto que hombres con los que se ha grabado desde su vuelta a Pakistán.

Al día siguiente –48 horas ante de los crímenes–, el hermano comparte dos vídeos más: uno de un partido de voleibol en el que participa, y el segundo, en el que se le va bajando de un coche.

El 19 de mayo, fecha en la que las hermanas habrían llegado a Pakistán, Asfandyar no actualiza su red social.

Sí lo hace al día siguiente, cuando las mataron, presuntamente, con ayuda de otros familiares, para evitar que se separasen de sus primos, también detenidos por su implicación en los asesinatos.

La publicación de Asfandyar es, como en otras ocasiones, de un partido de voleibol. La frase con la que acompaña el vídeo es «Alabado sea Alá». Dos días más tarde, el joven estaba ya entre rejas, junto a otros cinco sospechosos por los crímene