Tejer la memoria: mujer, arte y comunidad en Beyond Art
La segunda edición del ciclo impulsado por Juno House muestra obras de Blanca Nieto y reivindica el espacio como ágora donde cada creación dialoga, recuerda y transforma
«Arrels i fang» de Joana Santamans en Juno House, una apuesta «más allá del arte»
Clara Llano Gómez
Barcelona
En pleno marco de la Barcelona Design Week, Juno House inaugura este martes en Rambla Cataluña su segunda edición del ciclo cultural Beyond Art, compartiendo la obra de Blanca Nieto y conversar con ABC acerca del arte como tejido colectivo. La exposición estará abierta al ... público hasta el 31 de diciembre.
Juno House parece comprender el arte como (porta)voz de la humanidad, y crea Beyond Art como catalizador de igualdad, diversidad y co-creación de la mano de Kave Gallery, y a través de exposiciones artísticas que ofrecen posibilidades más allá de lo visible. En pocos meses ha conseguido lanzar su segunda edición, en la que se manifiesta la textura, el color y el formato como símbolos o herramientas comunicativas que nos cuentan toda una historia a través de las manos de Blanca Nieto. Sin embargo, más allá de estas expresiones, es la capacidad de reunión la protagonista que transforma a Juno House en algo más que una galería de arte.
En otras palabras, este es un escenario que rechaza la distancia establecida en los museos y permite a las obras recuperar su ADN social, su identidad como parte del ritual de lo participativo, habitado y manoseado. La convivencia es la condición del arte para desarrollarse entre todos; para desarrollarnos a todos. Al retornar las piezas a lo cotidiano, éstas abandonan su pose hierática para devolvernos la mirada y mostrarnos nuestro reflejo acompañado de toda una estirpe, como en las pupilas de la Virgen de Guadalupe.
Representar la voz femenina
Beatriz de Vicente, CEO de Juno House, agita un panorama artístico donde la voz femenina aún está lejos de presentarse como corresponde (solo el 5,8% de artistas españolas participó en ARCO 2025). Según de Vicente, son la falta de redes de apoyo y la dificultad para conciliar lo que supone este desequilibrio, y propone Beyond Art como alternativa.
El objetivo tras estos eventos no es solo visibilizar referentes femeninos en el mundo del arte, sino crear comunidades en torno a éstos, e incluso aspirar a que esta reunión sea per se una creación colectiva. El modo tan orgánico en el que los participantes crean red en estos encuentros recuerda a la fábula de Aracne; que entiende que cualquier creación es contextual y colectiva, y se debe a la conjunción de todas sus manos tejedoras para formar la definitiva voz final (única y plural al mismo tiempo). Es decir, toda historia es contada por una voz que se viste de muchas otras, que proyecta desde su interior todas las caras del espejo caleidoscópico que almacena al mundo. Para inventar un relato nos reunimos con todos esos rostros para recrearlos, generando cualquier obra, pero colectiva.
Diálogos intergeneracionales
Mucho más que una colección o archivo de la creación femenina contemporánea, Beatriz de Vicente dirige una plataforma de reflexión y diálogos intergeneracionales, estructurados para reconstruir una genealogía silenciada y fragmentada en la historia del arte. Beyond Art busca un impacto social mucho mayor que cuestionar los cánones; al entender el espacio como medio de transmisión total, ¿qué diferencia al contexto de la obra de arte?
En definitiva, podríamos entender esta iniciativa como un ágora que alberga y activa voces divergentes para convertirlas en un canto coral y común. En palabras de la directora, está ideada como un «liderazgo consciente, colaborativo y sostenible», y es por ello que de Vicente otorga el timón a la creación femenina; «Juno House está impulsado por mujeres, aunque abierto a todo el mundo (...) la carencia de referentes femeninos ha sido una constante que nos sigue persiguiendo, es por eso que aquí elegimos nosotras el camino para después transitarlo conjunto a los demás transeúntes de éste».
La obra de Blanca Nieto, la artista salmantina expuesta en esta segunda edición, propone una clara reflexión: la memoria construye la percepción del presente. Esto mismo entra en diálogo con el espacio de Juno House que, en su iniciativa, consciente del peso de la historia, revaloriza nuestra concepción del presente y proyección de futuro.
Lo mental a través de lo sensible
En la serie expuesta, «Estratos», Nieto usa telas traslúcidas superpuestas para expresar la memoria: la tela más inmediata, que representa el presente, se muestra nítida, pero distorsiona las anteriores capas, que representan cronológicamente el pasado. De esta manera, el uso del lino, las gasas o la seda tiene una narrativa más allá: construir memoria a través de lo material, recordar lo mental a través de lo sensible.
En un universo cada vez más digital, la textura juega un papel resiliente que eleva la voz de los sentidos más marginados. La forma en la que conectamos con lo táctil es siempre mucho más directa que lo visual, y permite mensajes más puros. Además, para la artista, los tejidos de estos lienzos forman parte de su propio recuerdo familiar, en el que varias generaciones de mujeres usaban estos mismos tipos de telas para remendar antiguos objetos y crear otros nuevos.
La relación entre coser y recordar puede hacernos entender la creación y la memoria como dos caras de la misma moneda: lo que recordamos en nuestro interior es lo mismo que nos muestra la obra. Esto explica la concepción de Blanca Nieto de la memoria como espacio vivo en constante construcción, donde los recuerdos se fragmentan y reconfiguran sin orden preciso, como en los polípticos que estructuran su obra. El formato de los cuadros, como la propia memoria, dialoga con la identidad en movimiento, de ahí que los paneles aparezcan entrelazados y cosidos por hilos gruesos; la memoria es aquella huella que agujerea y a la vez reúne todos nuestros pedazos.
Lo curioso es que, al contemplarlos, los retales no se detienen ante la experiencia vivida de la autora, sino que timbran la de cada espectador. De esta manera, a través de los recuerdos de la artista, se indaga en la memoria colectiva. Entendiendo el recuerdo (del latín 're-cordis') como un nuevo viaje a través del corazón, estas obras no solo apuntan a una voz pretérita individual, sino a una sensibilidad común. Precisamente en estos tiempos de ostracismo, oposición e internamiento, el lenguaje universal del arte nos da, como Juno House, un espacio para confluir más allá de estudios y galerías; en la raíz que nos vincula a todos en un mismo lienzo.
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