De CiU a Junts, los partidos que flotan por el magma heredado de Pujol
La coalición creada por el que fuera durante 23 años presidente de la Generalitat saltó por los aires en 2015
Junts es el 'nieto' aventajado de lo que fue CDC, pero con 32 escaños en el Parlament en lugar de los 50 que dejó Mas en 2012
Los herederos políticos de Pujol: del gran invento a la gran mentira
Barcelona
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Iniciar sesión«La pregunta es, ¿cómo, un partido como era Convergència, representando mejor que nadie durante casi cuarenta años el 'sistema', y cómo Artur Mas, el exponente de un gobierno 'business friendly', podían traicionar sus principios y todo lo que han significado pactando con la CUP?». ... En 2015, el panorama político catalán explosionó con la ruptura de la coalición mejor engrasada de España que respondía a las siglas de CiU, y sus protagonistas siguen sin tener una respuesta.
La incógnita –antes citada– que plantea Josep Antoni Duran i Lleida en sus memorias políticas ('El riesgo de la verdad', 2019) sigue sin despejarse, alejando, así, una posible respuesta monotemática, clara y unánime. La espiral radical en la que se metió Convergència (CDC) durante su travesía del desierto en la etapa de los dos tripartitos de izquierdas (2003-2010), la mala gestión de la reforma estatutaria (2005-2010), la crisis económica y el 15-M en versión catalana con el asedio al Parlament (2011), la confesión de Jordi Pujol, reconociendo que su familia tenía dinero irregular en el extranjero (2014) y, sobre todo, los casos de corrupción que perseguían a CiU (por lo menos, desde 2005, cuando se oyó aquel 'maragalliano' «ustedes tienen un problema y este problema se llama 3 por ciento»), son granos del mismo saco que reventó en 2015.
Artur Mas (CDC), delfín de Pujol, rival y socio a la vez de Duran i Lleida (Unió Democràtica de Catalunya, UDC), pasó de ser investido presidente de la Generalitat de Cataluña, en 2010, gracias al votos del PSC y aprobar los presupuestos autonómicos con el PP, a pactar el inicio del 'procés' en 2012 con la ERC de Oriol Junqueras, convertido ya en socio preferente de CiU hasta el punto que se presentaron juntos, bajo el recurso de Junts pel Sí, en las elecciones de 2015. Tras esta cita con las urnas, Mas cedió a las presiones de la CUP y se metió en «la papelera de la historia» –en palabras de los mismos antisistema– para dar el testigo a Carles Puigdemont.
La explosión del mundo
convergente desde 2015
Coalición electoral
Sucesor
Formado/creado por militantes de...
Escisión
CDC
J. Pujol
1974-2016
UDC
J. A. Duran i Lleida
1931-2017
CIU
J. Pujol
A. Mas
1978-2015
PDECAT
A. Mas
D. Bonvehí
2016
UNITS
R. Espadaler
2017
PNC
M. Pascal
2020
PSC
CONVERGENTS
G. Gordó
2017
LLIURES
A. F. Teixidó
2017
CENTREM
À. Chacón
2022
JUNTS
C. Puigdemont
L. Borràs
2018
LLIGA
A. Barrio
2019
Fuente: Elaboración propia / ABC
La explosión del mundo convergente desde 2015
CDC
J. Pujol
1974-2016
UDC
J. A. Duran i Lleida
1931-2017
CIU
J. Pujol
A. Mas
1978-2015
UNITS
R. Espadaler
2017
PDECAT
A. Mas
D. Bonvehí
2016
PSC
PNC
M. Pascal
2020
LLIURES
A. F. Teixidó
2017
CONVERGENTS
G. Gordó
2017
CENTREM
À. Chacón
2022
JUNTS
C. Puigdemont
L. Borràs
2018
LLIGA
A. Barrio
2019
Fuente: Elaboración propia / ABC
Desaparecía la mejor máquina política jamás creada en Cataluña, capaz de ser considerada imprescindible para la gobernabilidad de España («hombre de Estado», se decía de Pujol en los mejores sitios de Madrid), aprobar presupuestos del Gobierno –tanto del PSOE como del PP– y, a la vez, quejarse de una inversión injusta en Cataluña por parte del mismo Ejecutivo y pasar el rodillo nacionalista sin compasión desde Barcelona (por ejemplo, incumpliendo desde 1994 las sentencias del Tribunal Constitucional sobre bilingüismo en las escuelas).
Así, disuelta CiU, aparecieron nuevas marcas en el tablero político que tenían dos rasgos característicos comunes no confesados. Por un lado, reivindicar la herencia de gestión e influencia de CiU, algo, desde su punto de vista, positivo; y, por otro, dejar claro que no tenían nada que ver con la corrupción sistémica que en 2022 todo el mundo identifica con el 3 por ciento y puede visualizar con la imagen de los Mossos d'Esquadra entrando en el Palau de la Música (2009).
Las siglas de CDC aguantaron hasta 2016 y en un abrir y cerrar de ojos el partido se convirtió en el Partit Demòcrata Europeu Català (PDECat). La Justicia investiga si esa rapidez puede ser considerada una sucesión a la que imputar los pasivos de CDC. Todo apunta que sí. Mismas sedes, mismos dirigentes, mismos números de teléfono, mismas redes sociales... UDC sobrevivió hasta 2017, dos años después de que Duran i Lleida y Ramon Espadaler intentaran en solitario entrar en las instituciones. Espadaler creó Units per Avançar (Units) y se coaligó electoralmente con el PSC, acuerdo que sigue vigente, sobre todo, para el Parlamento autonómico.
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Junts, entre el futuro imposible y el pasado que no existe
Salvador Sostres
Sin Pujol y sin la marca CDC, del PDECat –transformado ya en independentista– se escindieron en 2017 y 2020, respectivamente, Convergents, liderado por Germà Gordó –uno de los principales encausados en la trama del 3 por ciento en la Audiencia Nacional–, y el Partit Nacionalista de Catalunya (PNC), formación creada y controlada por Marta Pascal. Al tiempo, Antoni Fernández Teixidó (CDC) y Roger Montañola (UDC) pusieron en marcha Lliures, con la idea de presentar un partido de corte liberal y catalanista.
Sin embargo, Puigdemont no controlaba el PDECat a su gusto y se inventó (desde Bélgica) la lista electoral del 'president' para la cita de diciembre de 2017 bajo el nombre de Junts per Catalunya, una derivada semántica del Junts pel Sí de 2015. De aquella lista, cuya base organizativa, presupuestaria y burocrática, más allá del ordeno y mando de Puigdemont, se encontraban el PDECat y los derechos electorales de CDC, surgió en 2018 el partido del mismo nombre conocido ya solo por Junts, que ahora preside Laura Borràs y que hace unas semanas salió del Govern al romper con ERC. Esta marca política, heredera en segunda generación de la CDC de Pujol, tiene 32 escaños en la cámara catalana, lejos del resultado de Mas de 2012: 50 escaños.
En paralelo, este mismo año nació Centrem. Àngels Chacón, que fue consejera con Quim Torra (Junts) y candidata del PDECat en las elecciones de 2021, trató de aunar en un partido la versión renovada del nacionalismo de derechas. Para ello contó con el apoyo de dirigentes del PDECat, Convergents, Lliures y la Lliga Democràtica de Astrid Barrio creada en 2019. Dimitió en agosto. Penúltimo intento de reconducir el movimiento 'convergente' hacia una sola organización. El último recibe el nombre de Espai CiU y lo trata de liderar el PDECat. El independentismo, haciendo gala de su esencia más básica, divide y divide.
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