La confesión de Jordi Pujol llegó para adelantarse a la acción de la Justicia

En este sentido, entre las razones que llevaron el viernes a Jordi Pujol a confesar y a «pedir perdón» no está ni el sentimiento de culpa ni un intento de «expiación», sino la seguridad de que la Justicia estaba a punto de descubrir el pastel. En paralelo a la investigación encargada a Hacienda por orden judicial, al menos un informe policial elaborado hace un año daba cuenta con certeza de dinero opaco en varias cuentas dipositadas en distintos paraísos fiscales, según señalan a ABC fuentes al tanto de la investigación.

En este proceso, una de las razones que habrían llevado a Jordi Pujol a precipitar su confesión es la noticia de que un exempleado de banca de Andorra, país donde la familia guardaba la herencia en cuestión, había sustraído documentos relativos a las cuentas del clan y los estaba divulgando, según daba cuenta ayer «La Vanguardia». De igual modo, la seguridad de que la catarata de diligencias ordenadas por el juez Ruz -en concreto la más reciente, que solicita a tres entidades toda la información sobre las cuentas del Jordi Pujol Ferrusola-, destaparía el entramado y llevaron al patriarca a intentar adelantarse a los acontecimientos.

Se da la circunstancia de que fue Jordi Pujol Jr . el encargado entre los siete hijos de los Pujol de gestionar la herencia legada por su abuelo, y que el mismo rotativo barcelonés cifraba ayer en cuatro millones de euros depositados en la entidad Banca Privada de Andorra. No obstante, se da por seguro que esa cantidad es solo una pequeñísima porción del volumen que a lo largo de estos 34 años, desde que Pujol recibiese la herencia de su padre, la familia ha llegado a mover en el extranjero. La regularización de esa herencia se produjo precisamente el 14 de julio, el mismo día en que Oriol Pujol renunciaba a su acta de diputado autónomico por el caso ITV.

Fue el propio Oriol, junto a sus hermanos Marta, Mireia y Pere los que se pusieron al día con el fisco. Oleguer y Josep ya se acogieron a la amnistía fiscal de noviembre de 2012, mientras que es Jordi sobre el que está a punto de desatarse la tormenta perfecta. Denunciado por su exnovia, la misma a la que grabaron en el restaurante la Camarga, un informe reciente de Hacienda cifra en 55 millones de euros el dinero movido por «junior» en paraísos fiscales.

Como se comentaba ayer en medios políticos, ha sido la codicia de los hijos lo que ha acabado precipitando el «harakiri» de Pujol, quien de otro modo habría seguido dando lecciones de ética mientras escondía un cadáver en el amario en forma de herencia sin declarar.