Según informaron este sábado los Mossos d'Esquadra, los arrestados acumulaban 108 antecedentes policiales, lo que refuerza el objetivo del dispositivo: dificultar la actividad delictiva de personas reincidentes.
Durante el operativo, los agentes realizaron 63 denuncias administrativas, además de 74 por tenencia de sustancias estupefacientes y 21 por posesión de armas prohibidas. También se efectuaron 19 intervenciones en establecimientos y se investigó penalmente a tres personas.
El despliegue policial contó con la colaboración de la Policía Nacional y la Guardia Civil, así como de las policías locales y guardias urbanas de los municipios implicados: los citados más Vidreres (Gerona). También participó personal de seguridad privada.
Este noveno dispositivo del Plan Kanpai se enmarca en la estrategia de seguridad impulsada por la Consejería de Interior de la Generalitat, que busca prevenir delitos cometidos por reincidentes y reforzar la seguridad ciudadana en puntos críticos del territorio catalán.
Los Mossos explicaron que estas operaciones conjuntas permiten incrementar la presencia policial en zonas urbanas con alta actividad delictiva, como estaciones, ejes comerciales o áreas de ocio nocturno.
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