El constitucionalismo se moviliza seis años después del día que se enfrentó al procés

El propósito de la convocatoria, bajo el lema 'No en mi nombre. Ni amnistía, ni autodeterminación', «liderar una respuesta unitaria poniéndonos al servicio de todos los ciudadanos», según se expresa desde SCC, entidad presidida por Elda Mata. La intención es «visibilizar y dar voz a todos los ciudadanos catalanes y del resto de España que no están dispuestos a aceptar que sean objeto de negociación cuestiones que minarían los fundamentos del sistema democrático y de libertades que emanan de nuestra Constitución, refrendada por todos los españoles».

De manera inevitable, y por la coincidencia de calendario, la comparación con aquel 8 de octubre de 2017 es inevitable. Hace seis años, «los catalanes defendimos nuestra españolidad desde Cataluña, nuestros derechos, la libertad frente a la deslealtad y la muerte civil». Pero no se tomó nota: «Deberíamos haber aprendido algo de la firme respuesta ciudadana en aquella y en las siguientes manifestaciones, también en 2019. Es obvio que no lo hemos hecho. No hemos sabido o querido aprender de aquellos gravísimos sucesos».

El arquitecto Mariano Gomà (Foro España) presidía SCC en 2017, y recuerda para ABC el significado de esa marcha. Había transcurrido una semana del referéndum ilegal del 1 de octubre, cinco días del discurso del Rey y en el horizonte ya se dibujaban unas semanas que iban a ser cruciales. Aquella marcha, recuerda Gomà, demostró que «'els carrers també eren nostres'» («las calles también eran nuestras»), , dando la vuelta a la consigna con la que se resumía el hasta entonces monopolio 'indepe' de la movilización callejera.

La marcha de este domingo de Societat Civil Catalana cita a los manifestantes a las 12 horas en el cruce de Paseo de Gracia con la calle Provenza, en un recorrido hasta el cruce con la Gran Via. Si en la manifestación de 2017 hablaron Mario Vargas Llosa y Josep Borrell, entre otros, mañana en Barcelona tomarán la palabra el vicepresidente de SCC Álex Ramos; su presidenta, Elda Mata; Teresa Freixes, catedrática especializada en Derecho Constitucional; y Francisco Vázquez, exalcalde de La Coruña y antiguo miembro del PSOE.

Aunque SCC ha pedido a las formaciones políticas que que no lleven símbolos partidistas, la convocatoria tendrá una lectura evidentemente política. El PP nacional ya anunció de inmediato su respaldo a esta protesta, y su líder, Alberto Núñez Feijóo, estará mañana en Barcelona. También han confirmado su asistencia la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ve «fundamental» esta convocatoria, así como el presidente de la Junta de Andalucía y del PP-A, Juanma Moreno, junto a otros 'barones' territoriales del PP, como el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, el presidente de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, y el presidente de Aragón, Jorge Azcón. Vox también estará presente en Barcelona, con su presidente Santiago Abascal al frente y el resto de dirigentes de la formación.

Por razones obvias, ni el PSOE ni el PSC acudirán a una protesta convocada precisamente en contra de su decisión de negociar con el independentismo. En 2017 fue distinto: mientras que la marcha del 8 de octubre de 2017 el PSC no la secundó, aunque sí acudieron dirigentes socialistas como Josep Borell o el entonces secretario de organización del PSC, Salvador Illa, el partido sí se apuntó a la concentración que tres semanas después volvió a desbordar Barcelona (29 de octubre de 2017), en ese caso dos días después de la declaración de independencia del Parlament.

Seis años después del dramático otoño de 2017, el constitucionalismo vuelve a salir a la calle. Mariano Gomà, protagonista entonces, tiene claro el significado, histórico y político, de la convocatoria de mañana. «La situación ahora es mucho más grave que entonces. Si en 2017 era Cataluña la que había enloquecido, ahora es el conjunto del Estado», apunta Gomà en relación a la disposición del PSOE de apoyarse en el independentismo para seguir gobernando.

Para el expresidente de SCC, la convocatoria de mañana tiene una trascendencia mayor, ya que «apela» a toda España: «Barcelona será el detonante de todo el malestar acumulado en nuestro país».