Tras comparecer de nuevo ante la magistrada, de forma voluntaria, para alegar que sí mantuvo relaciones sexuales con la denunciante y esgrimir que fueron consentidas, la defensa de Alves, que ejerce el penalista Cristóbal Martell, volvió a pedir su excarcelación la semana pasada. Para ello, en su recurso sostuvo que existió «galanteo sexual» entre ambos, y trató de desmentir el «miedo» que alegó la joven de 23 años que lo acusa de agresión sexual.
Según Alves, la madrugada del 31 de diciembre, existió «tensión sexual mutua» con la denunciante. También indicó que en un primer momento había negado las relaciones para tratar de salvar su matrimonio y ocultar la infidelidad a su pareja. Tras haberle solicitado ésta la separación, sostuvo, ya podía explicar «la verdad». Alega así ahora que se produjo un «encuentro sexual libre y voluntario» en uno de los baños de la zona vip de la discoteca Sutton.
Igual que en su recurso ante la Audiencia de Barcelona, en su último escrito Martell trató de contrarrestar el riesgo de fuga alegado por la acusación esgrimiendo la pérdida de poder adquisitivo del jugador desde que ingresó en prisión provisional -tras la rescisión de su contrato con el Pumas de México y otros tantos-, y ha vuelto a ofrecer el pago de una fianza y la entrega de sus pasaportes -español y brasileño- .
La acusación particular, que ejerce la letrada Ester García, ya avanzó que se opondría de nuevo a la puesta en libertad de Alves, al entender que existen indicios suficientes de criminalidad contra el futbolista. Ahora la decisión está en manos de la magistrada, que deberá decidir en los próximos días si el brasileño continúa o no entre rejas hasta que se celebre el juicio.
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