Refugiadas ucranianas cuentan desde el humor su «migración forzosa» a Valladolid en un cortometraje
Combina la ficción con el documental y busca reflejar algunas de las anécdotas vividas por sus protagonistas desde su llegada a España con la participación también de migrantes de Colombia y Venezuela
Un grupo de refugiadas ucranianas rueda durante estos días un cortometraje en Valladolid, en el que, con una combinación de ficción y documental, buscan reflejar con humor algunas de las anécdotas vividas por sus protagonistas desde su llegada a España a ... raíz del conflicto que enfrenta a su país con Rusia.
Así, las calles de la ciudad vallisoletana se han convertido en un plató de rodaje desde el que mostrar su experiencia, pero también donde poder aprender.
«La idea es tratar de canalizar distintos tipos de memorias a través del cine, la fotografía o la escritura. Crear una película que pueda funcionar como cine de la memoria desde el que testimoniar la experiencia de todo lo que implica la migración forzosa», señala el profesor del Máster de Cine de la Universidad de Valladolid y coordinador del curso en el que se enmarca el rodaje, Álvaro Martín Sanz
«En definitiva, se trata de crear un testimonio audiovisual del presente, que hablen de ellas mismas, pero también de nosotros y de cómo las recibimos. Más allá de esto, se busca que aprendan cómo contar sus historias» en el lenguaje cinematográfico, explica el docente.
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Así que este grupo de mujeres se ha colocado detrás de la cámara, pero también delante para transmitir sus vivencias desde que llegaron a la capital del Pisuerga con el estallido de la guerra. Y para ello cuentan con la coordinación del profesor de la UVa.
El proyecto cuenta también con la participación de migrantes de Venezuela y Colombia y forma parte del Programa de Protección Internacional (PPI), dependiente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y es parte de la Orden de San Juan de Dios. En Valladolid está ejecutado por Hermanas Hospitalarias Padre Benito Menni que, a través de sus dos fases -acogida y autonomía-, trata de ayudar a las personas beneficiarias para que puedan integrarse en el país y encontrar un empleo.
El cortometraje está producido por Cinema Camp, entidad apoyada por el Instituto de la Juventud de la Junta de Castilla y León, que este próximo verano cumplirá diez años realizando cursos de cine para jóvenes
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