Suscribete a
ABC Premium

«De seis potros, se comieron cuatro y dos estaban mordidos. No era viable y ¡se acabó!»

La sucesión de ataques del lobo a su cabaña de equino en la Montaña Palentina, llevó a José Negranes a renunciar a es pasión por la ganadería que todavía siente cinco años después de decir adiós a sus yeguas y potros

Uno de los potros que tenía José, tras sufrir un ataque del lobo ABC
Isabel Jimeno

Isabel Jimeno

Valladolid

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«Impotencia. Rabia. Como darte con una pared de hormigón...». Lo que todavía siente José Negranes al recordar cómo las fauces del lobo le llevaron a «tirar la toalla». «No pude más y decidí quitar el macho para que las yeguas no ... pudieran parir». Y, así, acabar con la cabaña de equino en la que con tanta ilusión se había embarcado más de un decenio atrás para proseguir con ese «amor» por la ganadería que «siempre» había sentido y sigue teniendo, una vez que él sólo, cuando «los hijos se marcharon a estudiar», no podía atender al vacuno que antes tenía.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia