El Rey llama a la «unidad» frente a las «amenazas» a la democracia

Más aún en un momento en el que «los presupuestos de nuestra vida democrática se ven erosionados» y ante «ataques a los valores europeos», como ha supuesto la invasión rusa a Ucrania. «Los parlamentos han demostrado no solo su solidaridad con el pueblo ucraniano, sino la defensa de los principios europeos», ha considerado antes de indicar que ese momento de «unidad» debe «replicarse» ante otras «amenazas a las democracias parlamentarias que son comunes a todos y en ocasiones son de muy distinta naturaleza y alcance, pero las respuestas deben ser compartidas».

«El alma de Europa es hoy la democracia», ha reflexionado Felipe VI en el acto celebrado en la Colegiata de San Isidoro con el que arranca la dimensión parlamentaria de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea. La «idea de Europa es inseparable de lo que representan las asambleas parlamentarias». A ellas les corresponde «conciliar las diferencias» , «articular el pluralismo» presente en la sociedad, «dar sentido a la acción colectiva» y utilizar el «debate y acuerdo» como herramientas, ha dicho.

«Reflexionar sobre el funcionamiento de nuestros parlamentos y cómo fortalecerlos es siempre una tarea necesaria y útil», ha subrayado sobre el objetivo de la jornada celebrada en la capital leonesa. «Reforzando el parlamentarismo, todos coincidimos en que ayudaremos a construir sociedades más estables, seguras de sí mismas y capaces de resolver sus problemas», ha indicado el Monarca ante la representación internacional presente en el edificio que acogió en 1188 la celebración de «las primeras cortes históricamente documentadas».

«Un hito excepcional no solo en España, también en Europa», ha recordado el Monarca y que además fue reconocido por la Unesco en 2013. En los Decreta o Carta Magna que salió de esas cortes leonesas se reconocen «derechos individuales» y las «ideas nucleares» de la institución parlamentaria.

«La idea de parlamento ha evolucionado», ha indicado Rey Felipe VI, hasta ostentar las «principales potestades públicas». Un sistema democrático, ha señalado, que «se asienta sobre el derecho de todos los ciudadanos a participar en los asuntos públicos» y en que «todos puedan acceder a ideas, puntos de vista, hechos, datos e informaciones para tomar sus propias decisiones».