PUNTO DE VISTA
Crisis en el clásico
JOSÉ GABRIEL ANTUÑANO
LAS unidades de producción del INAEM sufren un mal endémico, con problemas que se arrastran desde hace más de dos décadas, a los que ningún gobierno pone coto. Los más relevantes son la dependencia de la dirección artística del partido que gobierna (el anterior titular ... de Cultura intentó modificar esta situación mediante un código de buenas prácticas, publicado en el BOE y derogado de hecho por Sinde); la conversión en cortijo propio de centros de titularidad pública (Nacho Duato, como ejemplo, aunque no el único); reticencia a exhibir los espectáculos producidos fuera de Madrid; y unas estructuras de personal de técnicos sobredimensionadas, muy caras y estraficadas en exceso por los sucesivos convenios colectivos, que dificultan las giras nacionales.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico, bajo la dirección de Eduardo Vasco, rompió esta inercia. En lo artístico ha trazado una línea, creó una compañía de repertorio con dos elencos de actores fijos y consiguió que las producciones girasen, contribuyendo a potenciar festivales de teatro clásico, como el de Olmedo. Sin embargo esta armonía se ha truncado en la reciente gira que realizó el Clásico por Argentina. Los técnicos se plantaron y amenazaron con no realizar más funciones si no se les atendía determinadas demandas económicas (las horas extras cobradas a precio de oro y la inflexibilidad horaria en una actividad sujeta a la creación como la teatral); el director, con la ayuda del teatro San Martín de Buenos Aires remplazó a los técnicos en huelga y desactivó el plante.
Se encendió la mecha y ahora los técnicos se niegan a seguir con las giras, si no se les atiende en unas pretensiones laborales y económicas, siempre inasumibles y más en tiempos de crisis. Esto significa que actúan en la sede de la compañía, el teatro Pavón de Madrid y quizás en el Festival de Almagro donde el Clásico tiene otra sede, pero que no lo hará en otras plazas o festivales, donde la Compañía Nacional era un reclamo. Los primeros perjudicados seremos los espectadores de «provincias», pero también se pone en riesgo la continuidad de la propia compañía con su estatus actual, pues en el pulso entre director y técnicos, el Inaem deja a Vasco a los pies de los caballos y los actores del elenco han sacado un comunicado tan tibio que no ayuda, sin apercibirse de que los siguientes en caer podrían ser ellos, para reestructurar el elenco artístico del Clásico. Es de esperar que la situación se reconduzca, porque ofrecer la cabeza del director para resolver el problema sólo reforzaría más uno de los malos endémicos, la inflexibilidad de los técnicos.
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