El paisaje de árboles quemados en la Culebra será historia en 9 meses

El Gobierno regional ha avanzado este lunes en esa medida con la publicación de la orden que regulará las sacas de madera y el inicio del plazo de diez días para presentar alegaciones antes de que sea definitiva o ejecutiva. Cuando el incendio declarado el pasado 15 de junio aún no se ha dado por extinguido, la Junta de Castilla y León da ese nuevo paso de cara a la restauración de las masas forestales con el que se pretende evitar la propagación de plagas que podrían extenderse si no se retira la madera quemada.

De ahí que los plazos se hayan apurado pese al gran volumen de madera que es necesario retirar, ya que son cerca de 15.500 las hectáreas de superficie arbolada afectadas por el incendio, de un total de 25.200 de todo tipo carbonizadas, según la estimación provisional del incendio. La nueva acción para paliar los efectos del incendio fue anunciada por la delegada territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora, Clara San Damián, tras publicarse en el Boletín Oficial de Castilla y León, y antes de resaltar «la rapidez» con la que, en su opinión, la Junta está actuando.

De hecho, las nuevas medidas forestales llegan después de que la semana pasada ya se destinase una partida de 600.000 euros a través de la sociedad pública Somacyl para garantizar el abastecimiento de agua a las poblaciones del incendio de la Sierra de la Culebra y también se hayan promovido medidas para facilitar el alimento mientras sea necesario a las 41 ganaderías y las explotaciones de otros 37 apicultores afectados por el fuego. En el caso de las colmenas, ya se ha entregado comida energética y se suministrará a través de la empresa pública Tragsa alimento proteico a las abejas, según detalló San Damián.

La delegada territorial de la Junta, que ha mantenido una nueva reunión con las organizaciones profesionales agrarias para informarles de las medidas adoptadas por el incendio, señaló que el fuego quemó dos explotaciones ganaderas y en otra provocó 118 bajas de cabezas de ovino, de las que algunas murieron quemadas y otras fue necesario sacrificar por las heridas sufridas.