Mañueco arranca su primer gobierno en solitario y sitúa a Blanco de vicepresidenta

Así que una vez que el presidente nacional del partido que era su socio, Santiago Abascal, anunció el jueves la ruptura del pacto de gobierno, el jefe del Ejecutivo castellano y leonés movió ficha para «seguir adelante y dar certidumbre». La primera jugada le llegó hecha porque ayer mismo el vicepresidente de la Junta y líder de Vox en la Comunidad, Juan García-Gallardo, le entregó personalmente la carta de dimisión. También compareció públicamente para explicar su motivos y si en algo coincidió con Mañueco es en que no hubo reproches entre ambos. Para Gallardo, a pesar de «las dificultades y las diferencias notorias» hubo «afecto, colaboración leal y respeto institucional». No obvió las «dificultades» que se produjeron en las relaciones entre los dos partidos y el «ejercicio de generosidad extrema» al que, según señaló, se vieron obligados en los primeros meses, pero «la gota que ha colmado el vaso ha sido el incumplimiento de combatir la inmigración legal», algo de lo que culpó exclusivamente al presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo. «Ojalá tomes conciencia pronto, Rectificar es de sabios», dijo al presidente de la Junta.

Confirmada la salida de Gallardo, quien ha defendido la política migratoria de la Junta, la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, será, curiosamente, quien se convierta en vicepresidenta de la Junta, si bien desaparecen las tres direcciones generales (altos cargos) que tenía adscritos.

El siguiente movimiento anunciado por Mañueco fue el cese de dos de los tres consejeros de Vox que formaban parte del Gobierno autonómico: el de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones, y el de Agricultura Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas. Ambos formalizaron ayer su baja en el partido y su dimisión como presidente de la formación en Valladolid, el primero, y como vicepresidente en Palencia, el segundo. No es militante de la formación el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, que se mantendrá en su puesto porque «tiene mi confianza personal», explicó el presidente de la Junta.

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Para cubrir los dos puestos que dejan los cesados, la consejera de Movilidad, María González Corral, saldrá de este departamento para ocuparse del de Agricultura, una consejería en la que ya ha tenido puestos de responsabilidad, mientras que su vacante será para el delegado territorial de la Junta en Segovia, José Luis Sanz Merino. En la plaza de Industria, la elegida es otra zamorana (también lo es Blanco), Leticia García, que hasta ahora era delegada territorial.

Cerrado el organigrama, Fernández Mañueco fue tajante al rechazar la posibilidad de unas elecciones anticipadas. Reconoció que no le supone una complicación gobernar en minoría y recordó cómo tras las elecciones de febrero 2022 ya dijo que esa era su opción. Así que aunque se mostró cauto y no dijo aquello de 'miel sobre hojuelas' ante el abandono de Vox, cree posible llegar a acuerdos con su exsocio. Además, deseó que el PSOE y todos los grupos «rectifiquen» y haya «un mínimo de entendimiento y acuerdo».

Menos claro está el futuro de polémicas iniciativas que llevan el sello de los de Abascal como la ley de concordia o la de violencia intrafamiliar. A la pregunta de si seguirá su tramitación en las Cortes, la primera, o avanzará en su elaboración, la segunda, Mañueco se limitó a señalar que a partir de ahora «las líneas maestras» de su gestión serán «mi discurso de investidura y los dos debates de política general». Cabe pensar que se acabó su recorrido aunque, en ambas situaciones, referencias hubo.

Quien de momento se mantiene en su puesto es el presidente de las Cortes, Carlos Pollán, cuya continuidad Mañueco dejó en sus manos, mientras que García-Gallardo mantuvo que «no tendría sentido renunciar a la presidencia del Parlamento regional» ya que, según dijo, «las Cortes no toman decisiones sobre inmigración ni contribuyen al efecto llamada», la razón a la que se agarra para justificar la ruptura del pacto con el PP. Una cámara autonómica a la que, precisamente, se incorporará como portavoz de su grupo, lo que supone apartar a quien ocupa actualmente esa labor, Carlos Menéndez y reestructurar el equipo para asumir una de las dedicaciones exclusivas.

Tampoco cree el ya exvicepresidente que la ruptura de acuerdos se extienda a los ayuntamientos, que en Castilla y León tienen su máxima referencia en Valladolid y Burgos, aunque el propio Abascal advirtió ayer de que correrán el mismo riesgo si «colaboran activamente» en el reparto de menores migrantes».

El revuelo en estos municipios ya es imparable, aunque en PP y Vox aseguran estar tranquilos y «no temen» una ruptura, según dijo el alcalde pucelano, Jesús Julio Carnero, para quien «los vallisoletanos expresaron de forma clara en las urnas que no querían a la izquierda en el Ayuntamiento». El portavoz del Grupo Socialista aprovechó para pedir a Carnero que rompa con los de Abascal ya que «puede seguir siendo alcalde sin necesidad de Vox y comenzar una nueva etapa en el Ayuntamiento basada en la política». En la capital burgalesa, su vicealcalde Fernando Martínez Acitores, de Vox, aseguró a Ep que los pactos municipales en los que participa su formación política «están al margen» de la decisión tomada por el partido y que sólo «afectan al ámbito autonómico», mientras que en la oposición socialista, Daniel de la Rosa, pidió a la alcaldesa de la capital, Cristina Ayala, que «ejerza de una vez el liderazgo como alcaldesa que le presupone el cargo» y gobierne en minoría con los once concejales».