León recrea la entrega de las cien doncellas al emir como antesala de Las Cantaderas

Desde los lejanos tiempos del rey Mauregato, los reyes cristianos cumplían puntualmente con este infame tributo al que León aportaba una parte, con doncellas procedentes de las parroquias de San Marcelo, San Martín, Santa Ana y Santa María del Mercado. La leyenda tiene su inicio cuando las doncellas que iban a ser entregadas por el rey Ramiro I prefirieron cortarse una mano a dejarse llevar por su destino.

Ante esta demostración de arrojo, el rey decidió negar para siempre el tributo y presentó batalla ante las tropas de Abderramán II, al que derrotó, supuestamente ayudado por el mismísimo apóstol Santiago, en la batalla de Clavijo. En agradecimiento por esta victoria, el pueblo de León realizó una ofrenda al Cabildo Catedralicio, una ofrenda que con el paso del tiempo se convirtió en tradición y que es la base de la celebración de Las Cantaderas, una de las citas más esperadas de las fiestas de San Froilán, declarada como Fiesta de Interés Turístico Regional.

Durante toda la mañana, los heraldos mensajeros acompañados por sus palafreneros han recorrido así a lomos de sus caballos las diferentes plazas del centro histórico de León para convocar a la ciudadanía al acto de entrega de las doncellas, en cumplimiento del edicto del rey Ramiro. Ya por la tarde, las comitivas de doncellas partieron de las plazas del Grano y Puerta Castillo hacia la plaza de Regla para dirigirse desde allí hacia la plaza de San Marcelo.

Ante la Casa Consistorial, las doncellas presentaron sus respetos a las autoridades municipales, que las escoltaron en el resto del recorrido por la calle Ancha y la calle del Cid hasta llegar a la plaza de San Isidoro. Allí, han culminado los actos con una exhibición de danzas árabes, música medieval y espectáculos de fuego que dieron paso a la teatralización de la entrega de las doncellas al representante del Emir y la posterior rebelión de las mujeres, el acto que provocó que los leoneses se negaran en adelante a pagar el infame tributo.