Planeta verde Ferral

Por tanto, podemos presumir del Ejército que demandan las sociedades modernas, pero nos faltaba otro gran epíteto como corolario: sostenible. Y ha llegado. Una superficie de unas treinta hectáreas de la base leonesa Conde de Gazola, en Ferral de Bernesga, se está reforestando gracias al acuerdo entre el Ministerio de Defensa y la Fundación Iberdrola con cerca de 26.000 árboles. Pimpollos de pino, rebollo, serbal de los cazadores y abedul que irán creciendo en los terrenos de este conocido campamento por donde pasaron miles de reclutas, dentro de una línea de colaboración que permite recuperar campos de maniobras y de tiro del Ejército de Tierra. Esta actuación es realizada por una empresa local con seis trabajadores, que se encargarán durante dos años de las tareas de mantenimiento y riego, para asegurar que sobrevivan el mayor número de pies.

El teniente general jefe de la Dirección General de Infraestructura del Ministerio, Luis Cebrián, y el presidente de citada Fundación, Fernando García, visitaron hace unos días la plantación y se pusieron manos a la obra. Como ha llovido tanto en la recta final de la primavera, el terreno está mollar y la pala entra sola. Ahí están las fotos del oficial general en uniforme de campaña, con sus tres estrellas de cuatro puntas, doblando los riñones para demostrar que la apuesta ecológica de nuestras Fuerzas Armadas va en serio. Una decisión acertada, porque el mayor aliado contra el cambio climático no es el coche eléctrico ni las renovables. No. Es el árbol. Más si cabe en España, donde el avance de la desertificación se constata año tras año. Lo reitera a menudo Joaquín Araujo desde su retiro en la sierra cacereña de Las Villuercas. Bosques, como explica, que «vivifican el paisaje y los suelos», que enriquecen ecosistemas. Árboles fundamentales también en las ciudades al absorber CO2. Reforestar, en definitiva, para tener un planeta verde, como el Ejército de Tierra.